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José Javier Amorós - PASAR EL RATO

La llamada de la selva

Qué manía ésta de no dejar en paz a los niños, lo mismo con un farolillo para la independencia que un león para la identidad sexual

Hubo un tiempo feliz, antes de los barbitúricos, en que los insomnes alcanzaban esa imitación nocturna de la muerte que es el sueño, mediante el recurso de contar ovejitas . Además de leche, lana y carne, la oveja tenía propiedades ansiolíticas. Y culturales. No ... sólo daba de dormir, sino que con ella aprendíamos aritmética. La falta de una iniciativa como la de la Federación Andaluza Arco Iris y el Centro de Profesores de la Junta de Andalucía en Córdoba, que hubiera permitido que las ovejas se presentaran a los niños de entonces como modelo de diversidad sexual , ha hecho imposible que la oveja tenga hoy tanto prestigio como el cerdo, del que es leyenda que se aprovecha todo. Acaso el natural apacible de la oveja ha dificultado su promoción social. Pero magisterio, el de la oveja.

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