¡Ya está bien!

Desde hace algunos años, puede que sea mi percepción, la sociedad española se está polarizando. No sólo los partidos se han radicalizado , sino que entre ambos extremos hay multitud de ellos que se balancean a derecha o izquierda según el interés o capricho de sus cabecillas. Tampoco es baladí el deterioro que se ha generado entre comunidades españolas a cuento de la calidad de vida , fiscalidad, idioma o cualquier otro motivo capaz de generar agravios comparativos entre ciudadanos. Esto genera desunión en la sociedad española. Últimamente la división y el desencuentro entre ciudadanos están creando un ambiente desagradable y nada tranquilizador. Son muchas las cosas y actitudes que con origen en el gobierno del Estado generan división. Necesitaría varias columnas para detallar las que en los últimos meses he percibido. Pero hay una que no se comenta en los medios y que en el corto plazo puede generar una serie de agravios comparativos muy perjudiciales para la convivencia.

Si ya es discutible el primer punto del acuerdo firmado por los partidos que gobiernan en coalición junto con la representante de Euskal Herria Bildu , comprometiéndose a derogar de manera íntegra la reforma laboral de 2012, no es menos alarmante el punto segundo en el que el gobierno de España se compromete a exceptuar del cómputo de la regla del gasto a las Entidades Locales, sin dejar claro si se está refiriendo a todas las Entidades Locales de España o sólo a los Ayuntamientos de la Comunidad Autónoma Vasca y de la Comunidad foral de Navarra , como parece desprenderse del privilegio que de manera exclusiva le da a estas para poderse endeudar en función de sus respectivas situaciones financieras.

Esto exige una inmediata aclaración. Ya es doloroso que no la hayan exigido abiertamente todas las Comunidades y Ayuntamientos de España . Los ciudadanos exigimos ser tratados por el Estado de igual manera vivamos donde vivamos. Estamos hasta las narices de ver las diferencias que se generan por motivos de interés político partidista. Y cada vez somos más los que empezamos a comprender que la división social y territorial que desde la política se procura para medrar y como garantía para conservar poder, sólo beneficia a los políticos. A la inmensa mayoría de españoles y a España como país, estas divisiones sólo nos traen desgracias y pobreza. Como he dicho otras veces, en manos de los españoles está el ser capaces de unirnos para exigir a los políticos igualdad y decirles en alto que ¡ya está bien!