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Aunque parezca inaudito

Los nacionalismos excluyentes han convertido el sistema educativo en un campo minado

El presidente Aragonés (centro) Efe
José Calvo Poyato

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Lo que viene ocurriendo en España desde hace cuatro décadas con nuestro sistema educativo no tiene parangón. Las sucesivas leyes educativas con que los diferentes gobiernos nos han obsequiado han puesto de manifiesto dos cosas, además de ofrecernos con una enrevesada sopa de ... letras -la última es la LOMLOE porque es la ley que modifica la LOE - para referirnos a ellas. La primera es que el sistema educativo es un arma política de un valor extraordinario. No se trata de un descubrimiento reciente, sino que viene de lejos. La educación se ha utilizado como una forma de adoctrinamiento, que es lo que hacen las dictaduras. En el caso del franquismo no son necesarias mayores explicaciones. Recuerden que se iba por el imperio hacia Dios. Pero muchos pensábamos, inocentemente, que en un sistema democrático -el nuestro está ahora puesto en cuestión por los adanes del progresismo- la educación había de ser la piedra angular en la formación de ciudadanos instruidos, libres y responsables . Pero lo ocurrido en nuestro país no ha sido así, ni mucho menos. La segunda es que los nacionalismos excluyentes han utilizado y siguen utilizando el sistema educativo como instrumento de adoctrinamiento para sus objetivos políticos sin que les tiemble el pulso.

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