La Iglesia encarga la actualización del plan director de la Mezquita-Catedral de Córdoba

El caso solo puede calificarse de chiripitifláutico porque el plan director no es que exista, que existe. Es que se redactó hace 17 años y se usa de forma regular tanto para las gestiones internas como las comunicaciones interinstitucionales. Un informe de la Junta que aparece en un documento del Defensor del Pueblo Andaluz , adelantado ayer por «Cordópolis», afirma que nunca se llegó a tramitar. La práctica totalidad de decisiones oficiales que se han tomado, incluso por la Junta, se fundamentan en el contenido de este informe que en su día se consideraba como un avance en la gestión del patrimonio.

Tanto se tramitó que el plan director se realizó por una orden del Ministerio de Cultura . La entonces ministra Esperanza Aguirre creó el Plan Nacional de Catedrales que continuó el PSOE con Carmen Calvo al frente de Cultura. Se trataba de un programa de inversiones para el patrimonio sacro que obligaba, como elemento previo, a disponer de un documento de planificación. Ese informe se redactó, se aprobó en la comisión tripartita Gobierno-Iglesia-Junta y las inversiones se llevaron a cabo. Por ejemplo, la del Crucero y el Coro renacentista, la última gran inversión pública que se llevó a cabo en la Mezquita-Catedral.

Es cierto que el documento se ha quedado viejo porque la realidad ha sobrepasado a lo escrito. De todas las obras previstas, solo queda una por hacerse: la restauración del lienzo norte, donde se encuentra la famosa segunda puerta. Y sí regula usos tanto dentro como fuera. A su amparo, por ejemplo, se creó un nuevo protocolo contra incendios y se modernizó la tecnología para apagar un fuego como el que tuvo lugar en las dependencias interiores el seis de julio de 2001. Y poco se ha hecho en una materia clave: la protección exterior , paisajística, del entorno de la Mezquita. Casi que ha ido a peor.