VERSO SUELTO
Habitación de soltero
El Cercanías ya es una pérgola, uno de esos edificios con noble fin y que no sirve para nada
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Iniciar sesiónNo estaba bien que se dijera cuando alrededor del tren de Cercanías todo era entusiasmo, y mucho menos ahora, al ver las cifras flacas , que alguien presuma de que lo advirtió. Pero el caso es que hasta los políticos que hicieron el primer ... viaje, y que irían preguntándose que cómo es que aquel tren no tenía película, auriculares y azafatas como el AVE , intuirían que conforme pasaran los meses y se agotara la novedad la idea iba a tener poco público.
El tren de Cercanías es otra de aquellas pérgolas que describen a grandes proyectos o edificios en los que se gastó bastante dinero con la idea de que sirvieran a la cultura, a los ciudadanos o a los turistas, y luego no han servido para nada. Como aquella Pérgola de los Jardines del Duque de Rivas , tan bonita como ruinosa para todos los que han intentado sacarla de los escombros y el abandono en los últimos veinte años.
Aún más, es una habitación de soltero . En esta Córdoba que en tantas cosas no deja de ser como una de aquellas agrociudades de su provincia, tan apegada a las viejas tradiciones y a lo que no se cuestiona por pasar de generación en generación, muchos reconocerán la expresión. La habitación de soltero, en mi pueblo y en otros muchos, estaba en el hogar de los recién casados y la amueblaba de forma tradicional la madre del contrayente. Nadie sabe por qué se llamaba así, si quien entrara ya llegaría marcado con la alianza de oro en el anular derecho, pero el caso es que en muchos momentos un novio no iba sin el dormitorio de soltero como una novia no iba sin azahar. Como aquel salón reservado que nunca se usaba, y que hasta Muñoz Molina relató en «El jinete polaco».
El dormitorio de soltero terminaba sirviendo para el primer hijo, porque se daba por hecho que el nuevo matrimonio tendría descendencia con la naturalidad del que suma dos y dos. Había veces en que pasaba un mes después de otro, la esperanza se iba evaporando como una lágrima que se queda en un pañuelo y ya que el cuarto no iba a servir y los invitados tampoco eran muchos, era un despacho más que bueno con una biblioteca hasta el techo o un lugar para las colecciones a las que había llevado el tiempo libre de aquel matrimonio condenado a una feliz unión sin nada por medio.
Eran los riesgos de hacer las cosas antes de que tuvieran demanda real. Sólo el 4,4 por ciento de los viajeros de Cercanías se sube o se baja en Alcolea , Villarrubia o El Higuerón . Los demás usan el tren de Rabanales, que ya existía. Quienes vieran la modesta cifra de población de las barriadas podrían haber hecho las cuentas de lo que iba a pasar, pero ya que esta habitación de soltero ya está en marcha igual no estaría mal el viejo truco de darle otro uso. Los pocos viajeros podrían pasar a algunos vagones y en los demás llevar mercancía que aliviase un poco el tráfico de las furgonetas y hasta repartidores de Glovo con pizzas y bocadillos de kebab. Si va bien habría que llevarlo a las demás pérgolas: la de la Victoria podría tener una sala de apuestas , que nunca cierran y dan carga de trabajo a la izquierda; el vacío Centro de Visitantes llevaría arriba apartamentos turísticos y con el avión cultural de Miraflores se podría hacer una atracción de realidad virtual en que se viera a Córdoba como Capital Europea de la Cultura , el Palacio del Sur hecho y la Mezquita sin Catedral , por hacer sueños imposibles.
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