Doña Mencía, un «oasis» para el turismo nacional e internacional de autocaravanas

Este punto para caravanistas comenzó a fraguarse en 2016 . Se adecentó la zona instalándose el alumbrado y un punto de agua. El movimiento, según comentan desde el Centro Cicloturista Subbética, gestionado gracias a la colaboración público-privada entre el Ayuntamiento de Doña Mencía y la empresa Subbética Bike’s Friends , era significativo y «dejaba ver su potencial», puntualiza Antonio Camacho responsable de la gestión del punto de caravanas.

No se equivocaron en lo que observaron y en 2017 pasaron por aquí 1.200 de estos vehículos. Una cifra notable que en 2018 se quedaba pequeña pues ese año fueron 1.800 las caravanas que hacían uso de este punto. Un número que en el primer trimestre de este año ya suena a nimio . Según señaló Camacho, «han faltado muy pocas para llegar al millar de caravanas». Confesó que «nos han sorprendido los datos» y añadió que todavía quedan llegar los meses de máxima afluencia y ocupación como son abril, mayo, septiembre, octubre y noviembre .

El porqué de este continuo aumento en el número de pernoctaciones en Doña Mencía lo explicó a ABC una de sus usuarias, Raymonde Ruppert . Es una jubilada francesa que cada año, junto a su marido Michel , viajan en su caravana durante unos dos meses. Su ruta es Francia-Andalucía-Portugal-Andalucía y vuelta a su país. Ellos son veteranos del punto de caravanas de Doña Mencía. Raymonde señaló que llevan viniendo a esta localidad de la Subbética con su caravana «desde hace seis años» . Puntualizó que vienen «a comprar aceite para toda la familia y los amigos. Unos 40 o 50 litros, para todo el año».

La señora Ruppert comentó que pasan «uno o dos días» en esta área. Apuntó que disfrutan de su «bonito aparcamiento y el bonito paseo y el pequeño restaurante ». Algunas veces viajan con sus perros con los que pasean por la Vía Verde e insiste en que «nos gusta mucho». Los días que pernoctan en el área de Doña Mencía visitan Baena, Zuheros y Cabra . Confesó que a pesar de llevar muchos años viniendo «no conocen a la gente de la zona» y que ya, por problemas en las manos y los pies y su edad, ella 75 años y él «todavía más» según bromeaba Raymonde, no hacen uso del servicio de alquiler de bicicletas ni de los coches a pedales .