LIBRE DIRECTO
División o concordia
Hay que retomar la senda de los grandes consensos políticos
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Iniciar sesiónLas formaciones políticas españolas acaban de demostrar que se encuentran divididas en dos grandes bloques de igual tamaño, aparentemente antagónicos, crispados e irreconciliables, vista la retórica empleada y los hechos cumplidos. ¿Retornan las dos Españas de Antonio Machado ? Si aceptamos que ... los partidos representan a la sociedad española, la respuesta sería afirmativa. Estimo que la crispación política no es reflejo de una división entre españoles y, sin embargo, es innegable que existe un fuerte grado de división en un país que hace cuatro décadas logró alumbrar la modélica Transición democrática y la reconciliación entre esas dos Españas.
En este panorama inquietante es bueno dar altavoz a propuestas que anteponen la concordia a la división. En el ruido de esta semana han pasado algo desapercibidas las declaraciones de Patricia del Pozo , con motivo del balance de su primer año al frente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía . Preguntada por el asunto de la memoria histórica, que figura entre sus competencias, ha aportado claridad y un aire nuevo: «Estoy empeñada en tratar la memoria histórica desde el cariño, la concordia, el diálogo y el consenso. Todo el mundo tiene derecho a dar sepultura digna a sus seres queridos. Eso es lo más importante. He marcado dos prioridades. Primero las exhumaciones: aquel que quiera saber dónde están sus seres queridos tendrá el apoyo de esta Administración. Y segundo: He reforzado con presupuesto las identificaciones genéticas. Y en eso no he encontrado fisura alguna en el Parlamento».
Sobre la ley en vigor del 2017, que en su día contó con la abstención del Partido Popular porque el PSOE prefirió sacar adelante una legislación ideologizada a una ley asumida por todos los grupos de la cámara y no aceptó ninguna de las 91 enmiendas presentadas por PP y Cs, la consejera abre la puerta a una nueva norma, una ley de Concordia . «A mí la que existe no me gusta. Quiero una ley donde todos estemos reflejados. Una ley donde no existan bandos».
Desde el Ejecutivo autonómico andaluz se retoma, así, una senda de concordia, consenso y reconciliación, que permitió traer la democracia a España con sólidas bases en 1978 y que nunca se debió haber abandonado. Tan sólidas fueron las bases que, a pesar de los desmanes cometidos en los últimos 15 años, el edificio constitucional resiste. Fue Zapatero quien, desde el Gobierno, voló aquellos consensos de la Transición y se alineó con quienes la cuestionaban. Pedro Sánchez ha perseverado y avanzado en ese camino de división, un camino maniqueo.
Al calor del enfrentamiento fratricida de 1936, los dos bandos hablaban de españoles buenos y españoles malos. La actitud de gran parte de la izquierda, 80 años después, de adscribir todas las bondades a un bando y todas las maldades a otro es absurda, injusta, temeraria y revanchista. Máxime cuando la historia ya ha emitido su juicio sobre aquella tragedia colectiva y cuando la sociedad española supo dejar atrás la división de las dos Españas.
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