Detenido un yihadista en la prisión de Córdoba cabecilla de un grupo de radicalización de presos

La investigación comenzó a principios de 2018 cuando funcionarios del centro penitenciario de Alcolea (Córdoba) detectaron pintadas alusivas a Estado Islámico, en concreto una bandera y un AK-47 . De inmediato comenzaron las gestiones tanto dentro como fuera de la cárcel, lo que permitió detectar la existencia de un grupo organizado de internos dedicado a la radicalización y captación en el Centro Penitenciario de Botafuegos (Algeciras), donde los detenidos cumplían condena por la comisión previa de delitos de terrorismo de índole yihadista.

Según informa la Benemérita en una nota de prensa, se pudo revelar que uno de los detenidos en concreto, el preso de la cárcel de Córdoba, ostentaba un rol de ascendencia sobre el resto de internos , realizando labores de adoctrinador sobre los mismos. Estas actividades de captación que realizaba en prisión eran análogas a aquellas por las que fue previamente condenado y por la que cumple seis años de prisión.

Así, habría reclutado al otro detenido, que se encontraba cumpliendo condena por un delito de auto adoctrinamiento terrorista y que se erigió igualmente en reclutador de otros internos ejerciendo una labor entre aquellos a los que tenía acceso.

De este modo, se ha constatado la creación de una estructura dedicada al adoctrinamiento en la ideología y objetivos de la organización terrorista Daesh en el interior del centro penitenciario y que pretendía mantener la cohesión de los internos ya condenados por terrorismo.

La Guardia Civil estudia si esta investigación tiene relación con otra que se realizó el 12 de marzo en Melilla , en la que fue detenido un individuo que había coincidido con los anteriores y mantenía afiliación con sus presupuestos y que en el momento de la detención se encontraba en libertad por cumplimiento de condena.

Ha sido acordada la prisión preventiva por parte de la autoridad judicial para el detenido que se encontraba en libertad.