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DE LA MAGIA AL DESENCANTO

El cuento de nunca acabar que nunca empezó

Miles de niños se quedaron a la espera de los Magos de Oriente por la suspensión de la Cabalgata

El Rey Melchor se baja de su carroza VALERIO MERINO

R. A.

Llovía con fuerza a las cinco menos pocos minutos de la tarde. Los puentes de San Rafael y de Miraflores iban llenos pese al agua que caía con fuerza a la hora exacta a la que los Reyes Magos comenzaban a encaramarse ... a la cima de las carrozas y los pajes y el resto de los séquitos ensayaban con las bolsas de los caramelos y de los juguetes. Pero el cielo estaba negro.

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