¡A los corrales!

Sin ser gran aficionado respeto la fiesta de los toros. En ella, la mayor vergüenza que sufre el matador es que le echen el toro a los corrales. Señal de que no ha sabido terminar la faena. Cuando eso sucede y tras darle tres avisos, el responsable de la plaza ordena que se retire la cuadrilla al callejón y que salgan los cabestros para no hacer sufrir más al animal. Hace tiempo, gobernando la anterior corporación, expresé en esta columna la necesidad de que Córdoba tuviera unas Ordenanzas de Movilidad en las que se recogieran las obligaciones de c iclistas y usuarios de monopatines , al tiempo que se dieran las órdenes oportunas para que se cumpliera la norma como seguridad de los ciudadanos. Así lo expresé y como primer aviso lo consideré.

Recién entrada la actual corporación, el 3 de marzo de 2019, volví a la carga con una columna titulada «A vueltas con el tema». En ella me unía al Defensor del Pueblo Andaluz que pedía al municipio de Córdoba regular este asunto. Pensé que ese segundo aviso sería el último. El alcalde Bellido, como primer espada del Ayuntamiento, se había dotado de una cuadrilla muy numerosa que debía garantizarnos eficacia. Pero justificó su parsimonia diciendo que «lo lógico era aguardar a que sea el Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico quienes muevan ficha tal y como han anunciado».

El pasado mes de diciembre la Dirección General de Tráfico legisló sobre la materia. Han pasado cuatro meses y seguimos sin ordenanzas, con los patinetes eléctricos y bicicletas por las aceras a gran velocidad y sin que nadie ponga orden en Córdoba. ¡Eso sí!, con gran riesgo para unos ciudadanos que protestan inútilmente cuando se ven acosados. En Córdoba, como en otras ciudades, sólo hay personal para vigilar y hacer cumplir la Ley a quienes no pagan los impuestos necesarios para tener contentos al primer espada, a su amplia y generosa cuadrilla y a sus no pocos asesores. Para lo demás, no hay presupuesto.

Desde el tendido de esta antigua y prestigiosa plaza que es ABC , pido el tercer aviso. Que la cuadrilla se retire por ineficientes; que el morlaco de las Ordenanzas de Movilidad espere a un mejor diestro para ver la luz; y que el máximo responsable de la faena, que ha demostrado incapacidad para cumplir o hacer cumplir su cometido, se retire por este asunto a los corrales.