El Centro Botí de Córdoba revisa la «pintura total» de Lozano Sidro en el 150 aniversario de su nacimiento

El comisario de la exposición, Miguel Forcada, ha explicado durante la conferencia de prensa de presentación que esta muestra antológica es una de las actividades centrales del programa que se ha desarrollado por el 150 aniversario del artista , que se cumplió en enero. «La muestra recoge lo mejor de su producción y se pueden ver retratos e ilustraciones , así como su particular forma de acercarse tanto a las altas clases madrileñas como a las clases populares de Priego de Córdoba y su comarca», añadió Forcada.

El título de la exposición, que procede de una cita del pintor y profesor Francisco Zueras Torrens , alude de hecho a esa capacidad de Lozano Sidro para retratar las formas de vida de su tiempo ya fuese en los lujosos salones y tertulias del Madrid alfonsino como en las ferias y fiestas populares de su tierra natal, siempre con una mirada irónica y divertida pero nunca exenta de cierta ternura y de un espíritu muy contemporáneo y más cercano quizá al de un fotoreportero que al de un pintor de caballete y estudio. Forcada agradeció también la disponibilidad de los diferentes museos y propietarios a la hora de ceder las piezas para esta exposición tan especial «con absoluta generosidad».

Durante la presentación de la muestra, que exhibe un total de 54 obras , la presidenta de la Fundación Botí y diputada provincial de Cultura, Salud Navajas , recordó que en un amplio estudio, realizado con ocasión de la exposición organizada sobre el artista en Córdoba en 1984, el ya mencionado Zueras Torrens colocaba a Lozano Sidro «en la cumbre de los ilustradores españoles de la época» y hablaba «de un artista profundo y preciso », al tiempo que destacaba «la rotundidad que alcanzaría a lo largo de su carrera también en su faceta de pintor de caballete». La diputada recalcó que esta exposición «es una muestra del valor de la colaboración entre instituciones, con el objetivo de difundir la obra de artistas de la provincia». Por su parte, la alcaldesa de Priego de Córdoba y presidenta de la Fundación Lozano Sidro, María Luisa Ceballos , explicó que «es necesario sacar a la luz ese elenco de pintores, escritores y artistas que han sido relevantes a lo largo de los años en el mundo de la cultura cordobesa» y agradeció la colaboración de la Fundación Botí para que esta exposición pueda ser una realidad y estar abierta además por un largo periodo de tiempo.

Al acto de presentación de la muestra también asistió la directora del Museo ABC de Madrid, Inmaculada Corcho , que mostró su admiración por la labor de difusión e investigación de la obra del artista que realiza desde Priego la Fundación Lozano Sidro. Explicó que en los fondos del Museo, que en total cuentan con 150.000 dibujos e ilustraciones , hay más de 600 que salieron de la mano del artista prieguense y que ilustraron tanto las páginas del rotativo como de la revista 'Blanco y Negro' y de diversas colaboraciones literarias como cuentos y narraciones breves, que gozaban de una gran popularidad en la prensa de ese periodo. Según señaló Inmaculada Corcho, «Adolfo Lozano Sidro no es tan conocido como merece», por lo que agradeció la posibilidad de poder difundir sus creaciones en esta exposición y en especial las ilustraciones, ya que «a menudo son consideradas todavía obras menores».

El recorrido por la muestra, que se encuentra en la primera planta del Centro Rafael Botí, permite ver algunas de las obras primeras de Lozano Sidro , que se vio influenciado en sus temas por diversas corrientes como el naturalismo, el modernismo o la pintura historicista, de las que son ejemplos obras como 'Velatorio', 'Románticos en el jardín', 'Escena de carnaval' o 'El árabe'.

El grueso de la exposición lo acaparan sin embargo las escenas costumbristas , protagonistas tanto en muchas de sus obras más personales como en las colaboraciones con ABC. Aparecen en ese contexto dos vías, una dedicada a la alta sociedad madrileña , que el pintor retrata con lujo y humor en sus fiestas, tertulias, clubes y salones, y otra a las clases populares de Priego y la Subbética.

De la primera hay en la exposición cuadros muy logrados como 'Pequeña fiesta', que procede del Bellas Artes, o 'Escena palaciega'. De la segunda, piezas antológicas por su fino humor o su capacidad para el detalle como 'La presidencia de la becerrada', 'En la Feria de Priego' o 'Gitana vendiendo flores'. Por último, se añade una pequeña galería de retratos , entre los que aparecen hombres ilustres de su tiempo como su paisano Nicento Alcalá Zamora , y un lienzo de grandes dimensiones de gran imaginación pictórica titulado 'Otey' y que muestra ese gusto por lo exótico tan habitual en la época. Todo ello se une en esta exposición antológica que conforma un paseo apasionante por un tiempo ya pasado y que Lozano Sidro captó con alma curiosa de reportero.

Adolfo Lozano Sidro forma parte de la amplia nómina de artistas cordobeses que destacaron en un periodo profuso en talentos pictóricos, escultóricos y literarios como la Edad de Plata de la Cultura española, que se extiende desde la Restauración hasta el arranque de la guerra civil del 36 . Coetáneo de artistas cordobeses de gran relevancia como Julio Romero de Torres , Tomás Muñoz Lucena o Mateo Inurria, el pintor de Priego alcanzó su mayor fama en Madrid, que por entonces era, con su mezcla de intelectualidad y bohemia, de gran ciudad en crecimiento y de viejo poblachón manchego, uno de los foros principales de la cultura europea.

Allí entró pronto, al igual que otros paisanos como Ángel Díaz Huertas, en la nómina de artistas de ABC y eso en cierto modo cambió su forma de mirar la vida a la hora de pintar. Sus obras, aunque técnicamente no evolucionaron tanto como las de otros compañeros más apegados a las novedades que iban trayendo las vanguardias que llegaban de Francia, mantienen una gran modernidad porque pocas cosas hay más perdurables que el sentido del humor y el amor por lo impuro de la vida callejera y del vivir cotidiano de la gente.

Aunque se marchó muy joven a ciudades andaluzas como Córdoba y Málaga, en las que se formó, y luego pasó su vida adulta en la capital española, nunca perdió el contacto con su tierra natal y en Priego de Córdoba pasaba los veranos y los periodos vacacionales. Falleció de hecho en su localidad natal en noviembre de 1935, apenas unos meses antes de que estallase la guerra civil española que pondría fin a esa etapa brillante de la cultura española de la que él formo parte destacada.