PRIMERA PLANA
Historia de una alcaldesa derrotada
La regidora de Aguilar debió creer que lanzar la Cruz a un vertedero era un triunfo arrollador, pero la perdedora es ella
La alcaldesa de Aguilar de la Frontera, Carmen Flores (IU), en una imagen tomada en su despacho
Del polémico episodio de la retirada de la Cruz de las Descalzas de Aguilar de la Frontera puede debatirse el fondo —a mí me ha parecido algo innecesario—, pero no las impresentables formas con las que se ha ... ejecutado . La alcaldesa , Carmen Flores, y su partido IU , que tiene mayoría absoluta, estaban empeñados en eliminarla por considerarla un vestigio franquista , cosa cuestionable: se levantó junto al convento carmelita en 1938 para enaltecer al bando nacional, pero a principios de la década de los ochenta se quitó la placa que tenía y que recogía nombres de aguilarenses que habían muerto durante la Guerra Civil luchando con dicho bando. Eso le restaba simbología ligada a la dictadura y quedaba como un elemento religioso. La propia regidora reconoció en una rueda de prensa, poco antes de su retirada, que acudieron a la Consejería de Cultura, al estar la Cruz en el entorno de un BIC, el citado Convento de las Carmelitas, y necesitar su permiso para intervenir, y que se llevaron una «sorpresa al decirnos que no estaba vinculada con la memoria histórica , pues ya se quitó la placa».
Pero como los caminos de la Administración son inescrutables, la primera edil se topó con que el Ejecutivo regional sí autorizaba quitarla porque la Cruz estaba causando daños al monumento colindante —su arriate estaba provocándole humedades por el agua de lluvia y de riego de la pequeña zona verde en la que se asentaba— y porque carecía de valor artístico. Aprovechando esa carambola , Flores ordenó su desaparición, sin reparar, en su deseo de cerrar heridas , que estaba abriendo otras como se pudo comprobar en el reportaje publicado por ABC este domingo con las impresiones de aguilarenses de a pie o con el hecho de que el PSOE, que no es sospechoso en esta materia, no haya acompañado a IU en esta iniciativa.
Esas heridas abiertas se han tornado en una hemorragia de dolor y pena al salir a la luz la impresentable decisión del Ayuntamiento de arrojar la Cruz a un vertedero . Ejercer la memoria histórica no tiene nada que ver con la grosera amnesia hacia los sentimientos de los cristianos. El Consistorio pudo entregarla a las Madres Carmelitas, orden de clausura, para que la custodiaran —la primera edil ha dicho que se lo propuso, pero que ellas rechazaron esa opción, aunque lo que asegura Flores es lo contrario a lo que sostiene el párroco del municipio, Pablo Lora— o pudo guardarla en un almacén municipal . Sin embargo, optó por el desatino: arrojarla a una escombrera para verla destruida definitivamente.
Desconozco si la regidora tuvo miedo de preservarla y de que su actuación se viera como una victoria incompleta de sus tesis. Quizás, en lo que creyó un triunfo arrollador , decidió lanzarla a un basurero , sin percatarse de que con tan deplorable comportamiento la perdedora es ella . Porque ha demostrado no tener la altura suficiente para ser la alcaldesa de todos los aguilarenses, pues ha ofendido las más íntimas creencias de muchos de sus paisanos que son católicos.
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