Eva Timoteo, delegada de Servicios Sociales: «Hemos sacado la ayuda a domicilio del juego político»

En la última semana ha salido a responder a las críticas de la oposición por el recorte de ayudas a un programa para personas sin hogar.

Poco a poco me voy acostumbrando a este juego político. Me sorprende, porque se ha salido a criticar una reducción en un programa en concreto sin conocer el resto de presupuesto de la Delegación. Es cierto que se ha reducido, que no eliminado, el apoyo municipal al programa « Housing First » de la Fundación Rais porque, en proporción, recibía una dotación al mismo nivel que el importe de las convocatorias para ayudas al resto de asociaciones. El programa es muy bueno, pero de él se benefician solo 20 personas. Había que equilibrar el presupuesto para que los recursos lleguen a más gente, sobre todo porque en 2019 hubo entidades que se quedaron sin subvención por agotamiento del crédito.

¿Qué pasará con la Oficina de la Vivienda?

Sus dos trabajadoras sociales y la auxiliar administrativa están haciendo un trabajo magnífico en relación al apoyo que obtuvieron del gobierno anterior. La oficina de la vivienda se abrió con una serie de pretensiones para las que luego no se dotó ni de recursos humanos ni económicos. La asistencia que dan es necesaria, por eso se va a mantener. Sin embargo, su estructura y organización son mejorables.

¿Se plantean entonces reforzarla o dotarla de más personal?

Estamos haciendo cambios estructurales para mejorar su conexión con los Centros de Servicios Sociales Comunitarios . Vamos a dar formación que no se dio en su momento a los técnicos mediante jornadas internas para optimizar el servicio y que las trabajadoras puedan hacer su labor lo mejor posible.

¿Qué diagnóstico hace la Delegación del «sinhogarismo» en Córdoba?

Hay un recuento que se hizo al cierre de 2019 [326 personas sin hogar, un 33 por ciento más que hace cuatro años] pero la cifra oscila, sobre todo en épocas de frío. Las unidades de calle de Cruz Roja y la casa de acogida se coordinan diariamente y tienen una especie de censo. Conocen a cada una de las personas y sus realidades y circunstancias, lo que crea vínculos que ayudan a que la respuesta sea mejor, dentro del problema que es vivir en la calle.

¿La casa de acogida está a la altura de las necesidades de la ciudad?

Tiene 48 plazas, a las que hay que sumar las de la casa de acogida de Cáritas. Es un número aceptable pero no suficiente. Partiendo de esa base, planteamos ampliarla con un inmueble anexo y ganar otras 10 o 12 plazas nuevas , que en proporción a la población de Córdoba sería aceptable. Lo ideal sería no tener la necesidad, pero existe y los recursos llegan hasta donde llegan. Intentaremos que sean los mejores que podamos dar.

Han anunciado su intención de reorientar el futuro Centro de Emergencia Habitacional del antiguo hospital militar. ¿En qué sentido?

En un principio se planteó para situaciones de emergencia : casos de violencia de género, catástrofes como incendios o desahucios inminentes. Pero los técnicos de la casa de acogida nos han trasladado que la necesidad más urgente y diaria es la de las personas que están en lista de espera para acceder a los módulos para familias. Creemos que la casa de acogida no es el lugar idóneo para familias con niños, porque allí hay personas que entran y salen, con realidades poco recomendables para menores. Creemos compatible dejar una reserva de los 15 apartamentos del hospital militar para esas emergencias y dar recursos a familias que tienen una necesidad que ya existe.

Se plantea, en cualquier, caso como un recurso de vivienda transitoria.

Está pensado para un plazo de seis meses aunque siempre atendiendo a las realidades de las familias y siendo sensibles con ellas. No es solo un recurso habitacional, también de acompañamiento y asesoramiento. Queremos que prosperen , no que estén bajo el paraguas del Ayuntamiento de por vida.

¿Qué planes hay para la antigua escuela Félix Ortega?

El Centro de Servicios Sociales de la Ribera se ha trasladado de urgencia y de manera temporal por necesidades de espacio y seguridad. Allí hay un proyecto de Vimcorsa para hacer apartamentos para mayores , aunque los destinatarios aún están por definir y será la empresa municipal de vivienda la que decida. Tras la reforma queremos seguir teniendo una parte destinada a los servicios sociales y el resto del edificio para apartamentos.

Córdoba tiene tres barrios especialmente desfavorecidos: Palmeras, Moreras y Sector Sur. ¿Qué estrategias hay en marcha para cada uno?

Cada uno tiene su idiosincrasia y no se les puede atender de la misma manera. Hay que escuchar a los vecinos y sus propuestas para cada zona. En el caso de Palmeras , nos han trasladado que se ha invertido muchísimo dinero en el barrio pero no ha tenido el fruto esperado porque los proyectos tenían una duración determinada y acababan antes de lograr implicar a la población. Vamos a hacerlo de la mano de la Universidad Loyola y las asociaciones vecinales, dirigiéndonos especialmente a la población joven y actuando de forma transversal, pero es importante que el resto de administraciones se impliquen.

Para eso hará falta contratar a profesionales con experiencia en integración social...

Por eso hemos usado la vía del convenio con Loyola, que puede proceder a la contratación de personal de una manera menos encorsetada que la administración, que está muy limitada por la rigidez de la Ley de Contratos del Sector Público . Ellos contratan y nosotros aportamos recursos económicos -250.000 euros- y la experiencia de nuestros técnicos.

El anterior gobierno falló en su objetivo de municipalizar la ayuda a domicilio. ¿Han renunciado a esa vía?

Aquello fue una pérdida de tiempo. Al llegar, tuve que poner a Gestión y Hacienda a trabajar a destajo para prorrogar el contrato porque estaba en pañales y teníamos encima el vencimiento del servicio. La ayuda a domicilio ya se presta por parte del Ayuntamiento, el servicio se hace a través de una contratación pero en su organización trabajan muchos técnicos a diario. Había informes de disconformidad por parte de Recursos Humanos e Intervención y a pesar de ello crearon un malestar en torno a un asunto sensible, en el que debe reinar la calma para usuarios y trabajadoras.

Precisamente, con el plan de municipalización se ponía el acento en las condiciones de las empleadas.

El Ayuntamiento está completamente vigilante del cumplimiento de sus derechos laborales , con un seguimiento diario y al tanto de cualquier incidencia. El comité de empresa me ha pedido intervenir personalmente en problemas puntuales y me he prestado a mediar. Es normal que haya diferencias. Lo que no es normal es hacer un problema del problema en vez de darle solución.

¿Qué reto se marca de aquí a final del mandato para mejorar Córdoba?

Tengo una delegación complicada que no funciona a corto plazo. Por ahora tenemos la ampliación de la casa de acogida y hemos conseguido garantizar la ayuda a domicilio sacándola del juego político. Intentaremos mejorar la plantilla de los Servicios Sociales, que son tan esenciales como la Policía o los Bomberos. Y no lo digo yo, lo dice la ley.

Tiene también las competencias de Igualdad. ¿Qué políticas impulsa el Ayuntamiento en materia de género y lucha contra la violencia machista?

Nos hemos adherido a la red de entidades conciliadoras y estamos llevando a cabo desde la Delegación una comisión de seguimiento del Plan Transversal de Género aprobado por el anterior gobierno, de manera que todas las delegaciones apliquen la perspectiva de género en sus propuestas. Se trata de formación, de incluir cláusulas en los contratos que aseguren un tratamiento igualitario, y de que las delegaciones que están más conectadas con la ciudadanía como Juventud, Cultura o Deportes lleven a cabo proyectos inclusivos en los que las mujeres no se queden atrás. Contra la violencia de género sacamos la campaña el 25 de noviembre y en torno a ella seguimos trabajando en institutos, porque creemos necesaria la implicación de toda la sociedad. No solo ir contra los malos, que los buenos se impliquen con su granito de arena para hacer frente a conductas machistas que no debemos consentir.

Hay ahora mucho ruido en torno a esa educación en valores desde los centros públicos...

Yo estoy bastante apenada. Es lamentable que se use algo esencial como es la educación de nuestros hijos e hijas en beneficio de determinadas ideologías. Es un paso atrás tanto por parte de la formación que pretende imponer ese veto [el « pin parental »] como por la de quienes erigirse portavoces de la lucha contraria. Se han inventado una polémica que ha tenido eco y no hacemos bien alimentándola. Merecemos políticos responsables .