¿Aburridos?

Cuando todo parecía volver a su curso, sonaron unos nudillos golpeando contra la persiana. Era la señora Ayuso. Acababa de disolver la Asamblea de Madrid y había firmado el decreto de elecciones anticipadas para el próximo 4 de mayo. Su señora y usted se quedaron de piedra. Estaban presenciando un caso de libro del efecto mariposa en el propio salón de casa. Unos señores tiran una piedra en un estanque de Murcia y sus efectos de dejan sentir en la Comunidad de Madrid.

Caramba. Fue entonces cuando entraron Errejón y Gabilondo , casi al mismo tiempo, con una carpetita bajo el brazo. Eran dos mociones de censura contra la señora Ayuso, que se acababa de sentar en el sillón de la abuela y comía palomitas como si no hubiera un mañana. Ya solo falta el señor Aguayo, pensó usted. Y, en efecto, entró el señor Aguayo llorando como una magdalena porque se había quedado sin vicepresidencia en un abrir y cerrar de ojos.

A esas alturas de la película su señora y usted ya no se acordaban de qué maldita serie estaban viendo en televisión antes de que penetraran en el salón de su casa los señores de Murcia. La realidad se había adueñado de su vivienda con una imaginación acojonante. Y, en menos que canta un gallo, el partido más liberal de España se desmoronó como un azucarillo en una taza de café.

Habría sido un golpe de efecto insuperable si no hubiera llegado en ese instante el señor Iglesias disfrazado de Guerrero del Antifaz . Tachán. Vengo a salvar Madrid, dijo con los brazos en forma de flecha apuntando a la señora Ayuso, que lo miraba con los ojos redondos como donuts.

La repanocha sería ya que dimitiera la concejala Timoteo y tuviera que entrar en su lugar la ex gerente del Imdeco expulsada de Ciudadanos. ¿Se imaginan?