El Varón de Dolores, desgarro y reflexión en la parroquia de la Aurora de Córdoba

La imagen sagrada, expuesta temporalmente en una parroquia de Córdoba en este tiempo de Cuaresma, es un Varón de Dolores, que avanza los sufrimientos que Jesucristo iba a padecer durante la Pasión para redimir a la humanidad. Tiene buenas dosis para impresionar y desgarrar a quien lo contempla.

Hasta principios del verano permanecerá en el altar mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la Aurora, en el barrio de Fátima, ésta que es la última obra del escultor cordobés Manuel Martín Boíllo, como explicó el párroco, Adolfo Ariza, a ABC.

En los Cánticos del Siervo de Yahvé aparecen esas cinco profecías «en las que Isaías profetiza esa realidad de la Pasión» y ahí aparece la figura del Hombre de Dolores o el Varón de Dolores.

«El escultor ha captado muy bien ese Varón de Dolores que vemos reflejado en la Pasión de Cristo, cuando Jesús es presentado por Pilato como Ecce Homo (He aquí el hombre), ese mostrarse de Dios ante nosotros, pero por la vía del sufrimiento y del dolor», indicó el sacerdote.

Para hacerlo realidad el artista empleó una técnica mixta con terracota policromada, madera, metal, cuerda natural y postizos dentales de resina. Con ellos se adentró en el tema del Ecce Homo y la iconografía del Varón de Dolores, «tratada por maestros centroeuropeos como Alberto Durero».

Otras referencias han sido Juan de Juni y Diego de Siloé, Ricardo Flecha y los barros granadinos de los Hermanos García, según se explica en lahornacina.com.

Es un busto a tamaño natural de la cabeza y el cuerpo que llega hasta la altura de los muslos que plasma en detalle las graves heridas. De origen manierista, busca «reflejar la fuerza sobrehumana de Jesucristo frente a cualquier tortura, de ahí su fortaleza frente a los golpes, las burlas, los latigazos y demás tormentos físicos y morales infligidos».

Las graves heridas de la espalda, el gesto de dolor del rostro y las manos atadas no pasan desapercibidos para quien lo contempla. ¿Qué sentido teológico tiene todo esto? Ariza cita al teólogo del siglo XX Hans Urs von Balthasar, que insiste en que «Dios se acerca a nosotros por la belleza, la verdad y la bondad».

En la Pasión o ante esta imagen expuesta se puede uno preguntar si puede haber realmente belleza en ese dolor y ese mismo teólogo indica que «hay que trascender el desgarramiento, el drama porque por encima de todo eso está la belleza interior de un amor sin medida, el de Dios», en palabras de Ariza.

Esta imagen del Varón de Dolores no debe verse de manera aislada, sino en su contexto. El templo de la Aurora lo preside un Cristo de Aurelio Teno que también es «muy desgarrador y dramático porque aquí enfrente estaba la Cárcel, y Teno en su momento y con su estilo intentó que Cristo fuera el reflejo del sufrimiento del que ha perdido la libertad y ahí está el dolor por el daño que ha podido causar el preso».

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