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Pasión en Córdoba

Revista 'Pasión en Córdoba' 2021 | Mateo Inurria, el imaginero que pudo ser y no fue

El escultor cordobés, dueño de una brillante producción entre los siglos XIX y XX, concibió una quincena de obras de temática religiosa, pero su estilo y los encargos lo llevaron por otro camino

Una de las últimas fotografías de Mateo Inurria en su estudio, poco antes de su muerte en 1924 ABC
Julia García Higueras

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«Contra la voluntad de mi familia aprendí la pintura y la escultura sin ningún maestro propio. Con lo que me enseñaron Montañez, Alonso Cano , ‘La Roldana’, Salzillo y algún otro, me puse a hacer figuritas de barro; al principio, como ... carecía de método, no hacía más que disparatados chapuces, pero luego frecuenté las academias y museos, y conocí El Greco , Rubens, Miguel Ángel, y al gran maestro moderno Rodin , y me lancé al mundo como un pájaro que abandona su nido por primera vez». Así se expresaba Mateo Inurria (Córdoba, 1867-Madrid, 1924) en una entrevista. El artista, hijo y nieto de escultores, respiró siempre en su hogar un ambiente artístico y así hablaba de su inquietud y de cómo sus padres, sin éxito, intentaron que se dirigiera hacia otras profesiones de mayor seguridad y reconocimiento. Los gustos de Mateo Inurria en los orígenes presagiaban una intensa dedicación a la imaginería religiosa , pero nada más lejos de la realidad.

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