El patero del Lunes
La lección de Las Palmeras
La cofradía ha aportado a la Semana Santa una de las mejores imágenes de los últimos tiempos, obra de Antonio Bernal
Miguel Ángel de Abajo: Callejero
Miguel Ángel de Abajo: Pastor a bastonazos
Miguel Ángel de Abajo
El crucificado de la Piedad ya es una realidad en el barrio de Las Palmeras. Una realidad que ha hecho posible su hermandad y de la que se beneficia su barrio y feligresía, pero también toda la ciudad de Córdoba, especialmente la ciudad ... cofrade.
De pronto, una cofradía a la que algunos percibían con escepticismo, ha aportado a la Semana Santa una de las mejores imágenes procesionales de los últimos tiempos, obra de Antonio Bernal. La aportación es una nueva lección de intuición cofrade por parte de la cofradía.
Son ya varias las lecciones que esta cofradía lleva dando con su habitual sencillez y humildad. Lecciones en las que la mano derecha no se entera de lo hace la mano izquierda. Ignorando dimes y diretes, trajo a sus titulares a la carrera oficial desde su barrio.
En medio del reojillo con que la miraban los estupendos, perseveraba en un medio lleno de dificultades, haciéndole el inmenso favor a la diócesis e Iglesia de Córdoba de ser un anuncio de la cruz de Cristo en una de las periferias más periféricas de la ciudad.
Si esta hermandad del Santísimo Cristo de la Piedad y María Santísima de Vida, Dulzura y Esperanza Nuestra no existiera, habría que inventarla, porque en ambientes urbanos como el de la parroquia de San Antonio María Claret, es donde más se necesitan cofradías con la vocación de servicio de ésta.
La hermandad podía haber acudido para la realización de su Cristo a otro taller, hay mucha oferta en Andalucía, pero ha tenido el buen criterio de acudir a uno de los mejores, que además es de Córdoba, y que ha conseguido plasmar una imagen cuya belleza y espiritualidad contrasta con la dureza del paisaje de calvario, con que a veces se describen las noticias del barrio que la ha acogido.
Un barrio de cofrades y vecinos que se afanan por avanzar y porque su voz se oiga y sus obras se vean. Por eso, cada vez que el Cristo de la Piedad llegue al centro histórico de la ciudad, desde su lejano barrio de Las Palmeras, será un recordatorio de que el dolor puede ser bello, si se interpreta bajo la sombra crucificada del Señor de la Piedad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete