Pasión en Córdoba
La devoción al Cristo de las Penas de Córdoba antes del Domingo de Ramos
El Crucificado más antiguo de la Semana Santa protagonizó cultos y procesiones siglos antes de su hermandad actual
Nazarenos y adoquines: el Cristo de las Penas de Córdoba a finales de los años 50
Córdoba
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Iniciar sesiónMucho antes del Domingo de Ramos de 1956, cuando salió por primera vez su actual cofradía, la devoción y los cultos al Cristo de las Penas en la parroquia de Santiago ya era intenso e incluso había salido a la calle en ... alguna ocasión. Desde el siglo XVI está documentado el culto al Crucificado más antiguo de la Semana Santa de Córdoba.
En primer lugar fue con la cofradía de penitencia de la Sangre de Cristo, que, como recuerda el profesor Juan Aranda Doncel, existía ya en 1573, aunque ya en 1600 se agrega a la del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santiago. El 13 de marzo de 1650 hay documentada una procesión del Cristo al hospital de San Lázaro para un socorro de alimentos que había organizado la parroquia de Santiago con motivo de una epidemia.
La siguiente etapa se inició en el siglo XIX por impulso de la Marquesa de Benamejí, que tenía su casa en el palacio que hoy acoge la Escuela de Artes y Oficios Dionisio Ortiz, en la misma calle Agustín Moreno en que se encuentra la parroquia.
Al Crucificado, una obra de autoría anónima que dataría del siglo XIII según algunos expertos o del XV según los últimos estudios, ya se le conocía como Santísimo Cristo de las Penas y se le dedicaba un quinario entre el Domingo de Ramos y el Jueves Santo. En plena Semana Santa, algo que entonces no era demasiado extraño incluso entre algunas cofradías de penitencia cuando no podían hacer su procesión.
La devoción al Cristo de las Penas ya no se interrumpió desde entonces y en el siglo XX hubo un primer intento para constituir una cofradía en el año 1929, cuando se presentaron unas reglas de 65 capítulos ante el Obispado de Córdoba.
La diócesis pidió un informe al párroco, pero aquel intento quedó ahí. En la posguerra, cuando comenzaron a multiplicarse las cofradías de Semana Santa, también hubo cristianos que quisieron crear una hermandad de nazarenos en torno al Crucificado.
En 1944 se aprobó una cofradía que tenía al Cristo de las Penas como titular, como relató Joaquín de Velasco para la revista Pasión en Córdoba de ABC en la Cuaresma de 2016. Constan los nombres de sus cofrades, entre los que estaba Rafael Martínez Fernández como hermano mayor y Miguel Salcedo Hierro, luego cronista de la ciudad, como vicehermano mayor.
Tampoco pasó de ahí, aunque en los años siguientes el Cristo de las Penas volvió a salir a la calle. En 1951, para un vía crucis, en 1952, para una misión. Hasta hace poco se decía que la hermandad actual se formó en 1955 y quedó aprobada definitivamente en 1956, pero para el Derecho Canónico no es así.
El Código de Derecho Canónico dice que para que una cofradía o institución eclesiástica quede extinguida deben pasar 100 años desde su disolución, y de hecho aquellas reglas de 1956 eran un modificación de las anteriores, tal y como encontró el cofrade Rafael Luque cuando quiso investigar la historia de su hermandad en el Obispado.
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