El Cristo de la Confianza vuelve restaurado para ver nacer su fraternidad parroquial en Córdoba

El recibimiento de los feligreses fue muy caluroso este viernes, y desde las siete y media de la mañana estuvieron rezándole. El crucificado estuvo dispuesto junto al altar mayor del templo, con cinco jarras de claveles color sangre de toro, dos faroles a los pies y seis cirios.

La restauración ha actuado sobre la policromía, que estaba «muy deteriorada y desgastada» y en varias grietas que ha saneado. También tenía una imperfección en el modo de sujeción del Cristo a la cruz «porque había un roce que estaba haciéndole mucho daño a la imagen», según el párroco, Francisco Jesús Granados.

El resultado es «espectacular, parece de seda. Tenía varios dedos rotos, doce espinas partidas. Ahora ha rescatado toda la corona de espinas y la espalda se ha quedado impresionante al rescatar toda la policromía de los azotes», describe Granados.

La fraternidad parroquial la constituyen jóvenes asiduos de la parroquia y algunos matrimonios de distintas edades. Desde ahora se abre a todo el que desee formar parte, que puede inscribirse y tener su medalla. Con la cuota anual comenzarán a colaborar y empezar a formar un patrimonio para sus cultos. Su escudo es obra de Rafael de Rueda.

La imagen es de titularidad parroquial y entre los proyectos que están en el horizonte, dotar de un altar al Cristo con una base de mármol en lugar de que esté sobre la pared, según explica a ABC el párroco, Francisco Jesús Granados.

¿Cuál es la finalidad de la fraternidad parroquial? «La evangelización a través del arte que nos lleva a Dios, el culto, la formación y las obras de caridad. Hemos hecho algo desde cero, con un buen deseo, con buen criterio, sin prisa y sin intención precipitada», subraya este sacerdote. En los momentos que lo han necesitado han contado con el apoyo y la colaboración de la hermandad de la Sagrada Cena.

El título completo de la fraternidad incluye al Santísimo Sacramento, el Santísimo Cristo de la Confianza, la Inmaculada Concepción y San Alberto Magno. Hubo algunos intentos anteriores, que no terminaron de cuajar, pero ahora esperan poder consolidarse, según explica José Luis Díaz, su hermano mayor.

«Está abierta a toda la feligresía y a todo el que se quiera acercar, tienen las puertas abiertas. Llevamos muchos años detrás de esto y ojalá que este sea el intento definitivo y podamos seguir creciendo. Es trabajar por la parroquia, somos parte de ella», indica José Luis Díaz.

El nuevo escudo de la fraternidad presenta la Santa Cruz con la corona de espinas y los tres clavos, y dos manos entrelazadas: la de Cristo se muestra con llagas y ese gesto evoca la confianza cuando Dios sale al rescate.

Las dos cartelas van diseñadas en estilo Barroco temprano. La de la izquierda alude a la eucaristía y la de la derecha tiene un jarrón con lirios, como símbolo de la Inmaculada. En la zona inferior, una mitra con el báculo y la pluma alusivos a San Alberto Magno, así como el lema en latín 'In Te confido' (en Ti confío).

Los ramos de flores y las velas encendidas no han faltado ni un solo día en ausencia del Cristo, cuando ha lucido una gran lona con su fotografía en su lugar habitual.

Y la fe no faltó cuando había que seguir apelando a la paciencia, porque en un principio iba a volver en julio, luego en septiembre y finalmente ha sido en octubre, en vísperas de San Rafael.

La jornada del viernes 21 de octubre quedará para el recuerdo, pues desde la misa de 9.30 de la mañana a la veneración durante todo el día deparó emocionados momentos con el reencuentro.

Por la mañana el canto gregoriano como música de fondo y el ruido atronador de la lluvia que por fin regó Córdoba eran los sonidos mientras los devotos en silencio no dejaban de acompañar al Señor.

La misa solemne de acción de gracias, presidida por el párroco, la presentación oficial de la fraternidad parroquial Santísimo Cristo de la Confianza y su escudo, así como la conferencia de la restauradora capitalizaron la tarde noche en esta iglesia de Ciudad Jardín.

El Cristo de la Confianza lo encargó el entonces párroco, Alfonso Carrillo, al imaginero sevillano Castillo Lastrucci en el año 1960, unos años antes de la consagración del templo, en 1964. Su petición, que se conserva en el contrato, fue que tuviera la misma calidad, el mismo estilo y dimensiones del de la Buena Muerte de San Hipólito, pero que estuviera coronado de espinas.

Castillo Lastrucci es autor de numerosas imágenes en Sevilla, como el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de la hermandad de la Hiniesta; Nuestra Señora de la O; y el misterio de la Sentencia, de la hermandad de la Macarena. Y muchas también en la provincia de Córdoba, como el Nazareno de Castro del Río.

En todos estos años el Cristo de la Confianza se ha ganado el corazón y la devoción de los habitantes de Ciudad Jardín, de Córdoba y de otras provincias, según recalca el párroco.

La imagen salió en vía crucis la pasada Cuaresma por las calles de su barrio y cuenta con una marcha procesional en su honor, compuesta por el músico Emilio Arroyo, que estrenó en marzo pasado la Agrupación Musical Sagrada Cena.