La Santa Sede descarta nombrar obispo coadjutor en Córdoba para suceder a Demetrio Fernández

Según ha podido confirmar ABC, monseñor Fernández ha recibido por escrito esta decisión, a pesar de que la respuesta inicial a su petición, realizada a finales de 2023, fue afirmativa.

No hay ahora más que un camino, y es aguardar a que cumpla la edad límite de 75 años para que se active la vía ordinaria que, según las fuentes consultadas, podría demorarse un tiempo debido al buen estado de salud del obispo y su gestión hasta ahora en la diócesis, que se prolonga desde marzo de 2010, cuando fue nombrado para la silla de Osio tras pasar por Tarazona. Es decir, podría continuar como obispo dimisionario durante un período de tiempo que podría no ser pequeño.

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Antes, se barajó la opción de activar una segunda ronda en el proceso de búsqueda de coadjutor, pero la proximidad de su 75 cumpleaños ha declinado esta operativa, ya que el que habría sido coadjutor habría tenido poco tiempo antes de la dimisión del actual residencial. El Obispado de Córdoba ha declinado realizar cualquier valoración al respecto a instancias de ABC.

En un primer momento se había fijado el mes de junio para conocer el perfil del nuevo obispo coadjutor que Demetrio Fernández solicitó al Papa en otoño pasado para poder ayudarle en su labor pastoral y convivir con él en el último tramo de su tarea como prelado de Córdoba.

También se habló de los días inmediatamente posteriores al verano, aunque la decisión de la Santa Sede obliga a una sucesión con el nombramiento de un nuevo prelado al cabo de un tiempo.

A los 70 años se permite solicitar un obispo auxiliar en las diócesis, pero la cercanía con la edad del relevo llevó a que fuera un coadjutor, que es una figura distinta. El primero cubre parte de las funciones del residencial, sobre todo en diócesis con gran población, pero el segundo además tiene derecho a sucesión. Una vez que se acepta la renuncia del obispo, automáticamente asume su puesto.

Esto es lo que había pedido Demetrio Fernández al Papa, ya que aunque su edad estaba próxima necesitaba una ayuda y también un obispo que comenzase a conocer la diócesis.

Aunque su estado de salud general es bueno, tampoco deja de notar el peso de la edad y su actividad es muy intensa. Desde su llegada a la diócesis de Córdoba ha cumplido con rigor la obligación de las visitas pastorales, tanto en la ciudad como en el resto del territorio.

Sus visitas han sido constantes, con agendas, como él mismo ha recordado en muchas ocasiones, muy apretadas, y eso se une al trabajo en la misma ciudad, en la predicación en la Catedral y en otros templos y en el gobierno de una diócesis que se ha esforzado en conocer en su tierra y en su espíritu. «He pedido una ayuda», afirmó entonces.

A partir del instante de la solicitud, el propio obispo comunicó a la curia cordobesa su decisión a la espera de que el proceso abierto para elegir nombres corriera el tiempo eclesiástico. También habló de que la Santa Sede le había concedido la petición. El reloj de arena se había puesto en marcha y todos los estamentos de la diócesis estaban a la espera y las quinielas también cumplieron su cometido.

Incluso llegó a sonar con mucha fuerza, como apuntó este periódico en su momento, el nombre de Jesús Vidal Chamorro, entonces obispo auxiliar de Madrid sujeto a relevos en su diócesis. La Conferencia Episcopal Española lo ha puesto al frente de la reforma y reducción de los seminarios en España, prevista antes de septiembre de 2026. Su nombramiento ha acabado siendo descartado.

Jesús Vidal Chamorro trabajó junto al arzobispo Carlos Osoro, cuenta con una excelente formación y 50 años de edad. Es madrileño, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense en 1997 y fue ordenado sacerdote en 2004. En 2007 obtuvo la licenciatura en Teología en la especialidad de Teología Moral, en la Universidad San Dámaso, y muchas fuentes daban por seguro tanto su salida de Madrid, con el cambio de arzobispo, como la posibilidad de su llegada a Córdoba.

El ejemplo de lo que supone la figura del coadjutor está relativamente muy cerca. En noviembre de 2008 Benedicto XVI nombró obispo coadjutor de Sevilla a Juan José Asenjo, hasta entonces obispo de Córdoba. Era con vistas a la sucesión de Carlos Amigo, que en agosto de 2009 cumpliría 75 años. Cuando llegó a esta edad, el cardenal pasó de forma inmediata a la condición de arzobispo emérito y Asenjo se convirtió en el arzobispo titular de Sevilla. Ahora es seguro que la etapa actual se prolongará.

Monseñor Demetrio Fernández (El Puente del Arzobispo, Toledo, 1950) ha traído a la provincia de Córdoba un período de estabilidad tras episcopados más cortos, como el de Javier Martínez (1996-2003) y el de Juan José Asenjo, que estuvo desde 2003 hasta 2008 como obispo y hasta 2010 como administrador apostólico.

José Antonio Infantes Florido, fallecido en 2005, fue obispo entre 1978 y 1996. En enero de 1995 había cumplido 75 años y presentó su renuncia por motivos de edad, aunque tuvo que esperar algo más de un año hasta que llegó su sucesor. A partir de entonces se convirtió en el primer y hasta ahora único obispo emérito de Córdoba, ya que la obligación de dimitir al cumplir los tres cuartos de siglo es reciente: se consignó en el Código de Derecho Canónico que entró en vigor en 1983. Demetrio Fernández sería el segundo, ya que sus antecesores inmediatos no cumplieron los 75 años en Córdoba.

Con el horizonte de la prolongación de su pontificado, Demetrio Fernández continuará así un trabajo que todavía tiene algunas metas que conseguir. Uno de los principales, el conseguir que Osio de Córdoba vuelva a tener consideración de santo en la Iglesia Católica. En su etapa, el prelado ha destacado por defender a algunas de los glorias del cristianismo en Córdoba y Osio, consejero del emperador Constantino e impulsor del Concilio de Nicea, es una de ellas.

De hecho, ya es seguro que el obispo seguirá al frente de la diócesis en 2025, cuando se cumplan 1.700 años de la celebración de este concilio, uno de los más importantes de la antigüedad y en que se definió el actual Credo. Para recordarlo, Demetrio Fernández ya había presentado una programación que incluye un gran congreso internacional y una exposición en la Mezquita-Catedral.

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Para entonces ya habrá presentado su dimisión por haber cumplido la edad y ahora se sabe que estará al frente de la diócesis. ¿Verá el momento en que se pueda venerar a San Osio de Córdoba, como había sucedido en la antigüedad?

Demetrio Fernández ha luchado por ello, y hace pocas semanas aseguró que tenía el plácet verbal del Papa Francisco, pero todavía quedaba el documento oficial del Dicasterio para las Causas de los Santos, al que él mismo pertenece desde hace años.

Se recuperaría así una condición de santo que tuvo para la Iglesia Católica en un principio, aunque se le retiró por sospechar que algunas de sus afirmaciones escritas coincidían parcialmente con la doctrina de Arrio sobre la naturaleza de Cristo, que él mismo había combatido. Sí ha seguido siendo santo para la Iglesia Ortodoxa.

La Iglesia Católica sigue además extendiéndose sobre todo en el territorio de la ciudad, ya que a medida que crecen las urbanizaciones en distintos lugares de Córdoba lo hacen también las parroquias. Demetrio Fernández continuará ahora trabajando algún tiempo después de haber cumplido los 75 años al haber encontrado la Santa Sede todavía en él capacidad para mantenerse en el puesto.