Salud prohíbe el baño en la playa del embalse de La Colada y lo autoriza en La Breña

Sin embargo en la provincia de Córdoba se declara como apta para el baño la zona del Embalse de la Breña II en Almodóvar del Río, mientras que en la Presa de la Colada, en El Viso, se prohíbe el baño por presencia de especies de cianobacterias potencialmente tóxicas para la salud. Hay que recordar que precisamente la calidad del agua de esta presa es la que ha provocado que se prohiba el consumo doméstico de agua en todo el norte de Córdoba por incumplir la norma en un exceso de Carbono Orgánico Total (COT). El pasado verano también hubo varias prohibiciones del baño por las mismas circunstancias.

Informes de la Confederación Hidrográfica del Guadiana advirtieron de la mala calidad del agua del embalse de La Colada (El Viso) por altos niveles de Carbono Orgánico Total (COT) y otras sustancias durante todo el año 2022 y, pese a todo, la Diputación, a través de la Empresa Provincial de Aguas de Córdoba (Emproacsa), decidió bombear ese líquido no potable al pantano de Sierra Boyera (Belmez y Peñarroya Pueblonuevo), según desvelan con claridad esos documentos a los que ha tenido acceso ABC. Los vecinos siguen esperando el tratamiento prometido con ozono para depurar ese agua por parte de Emproacsa.

Este informe de Salud sobre la calidad sanitaria de las aguas, que indica su aptitud y en su caso, traslada recomendaciones o prohibiciones de baño, se emitirá periódicamente cada quince días a lo largo de la temporada estival y estará disponible para su consulta pública a través de la web de Consejería de Salud y Consumo hasta que finalice la temporada de baño el 30 de septiembre.

La Consejería ha vigilado los 352 puntos de muestreo en las 274 zonas de baño marítimas y ocho zonas de baño continentales andaluzas, según ha recogido la Junta en un comunicado. Las muestras de agua han sido analizadas para determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, como los macroscópicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes, restos orgánicos y cualquier otro residuo -de cristal, plástico, caucho, madera-, que pueda afectar a la salubridad de las aguas y se considere de interés sanitario.