Sequía
Las reservas de agua en embalses caen un 71% en el último lustro en Córdoba
De 1.833 hectómetros cúbicos que guardaban los pantanos de la provincia en agosto de 2018 se ha pasado a 536
Córdoba encadena cinco años hidrológicos en los que las lluvias se han quedado lejos de la media histórica
El impactante paisaje de sequía en los pantanos de Córdoba, en imágenes
Córdoba
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Iniciar sesiónCórdoba acumula casi cinco años hidrológicos en los que la lluvia registrada ha estado notablemente por debajo de la media histórica de precipitaciones. Y eso ha pasado una factura brutal: el agua recogida en los pantanos de la provincia se ha desplomado en el ... último lustro cerca de un 71%. Así lo recogen las estadísticas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Siempre de acuerdo a esta fuente, a fecha de este viernes, en los embalses cordobeses de esta cuenca, hay almacenados 536 hectómetros cúbicos. Hace exactamente cinco años, esa cantidad era de 1.832,6. Son 1,296,6 menos (-70,7%). Estas infraestructuras están actualmente al 16,1% de su capacidad. El 4 de agosto de 2018, se encontraban llenas al 53,7%. Son casi 38 puntos menos.
A estos guarismos se llega con una ecuación en la que las lluvias son claramente insuficientes para compensar, aunque se limite, el consumo doméstico y empresarial del líquido elemento. Y es que nuestra tierra va camino de encadenar cinco años hidrológicos -arrancan el 1 de octubre y concluyen el 30 de septiembre- en los que las precipitaciones han estado claramente por debajo de lo que cabría esperar.
Antes de ese quinquenio de sequía ya había habido otro cuatrienio en el que las lluvias estuvieron por debajo de la serie histórica. Eso castigó duro las reservas. Lo que pasa es que se partía de una situación muy boyante. El 4 de agosto de 2013 los pantanos de la provincia estaban al 90,1%. Y a esa misma fecha de 2017 se habían quedado al 36,3%.
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El ejercicio hidrológico 2017/2018 fue el último positivo. En él, la precipitación media en Córdoba fue de 655 litros por metro cuadrado. Esa cifra superó en un 5,8% al promedio de los 25 años anteriores (619) y permitió que el agua atesorada en estas infraestructuras hidráulicas se recuperara: pasaron de estar llenas al citado 36,3% a casi el 54%.
En el último quinquenio, el periodo 2018/2019 es en el que menos lluvia se registró cuantitativamente (395 litros por metro cuadrado) y el que más lejos se quedó de la ratio de la serie histórica del cuarto de siglo previo: fue inferior en un 37,3%. En el siguiente año hidrológico, las precipitaciones se elevaron a 558 litros por metro cuadrado, un 10,9% por debajo de lo que se podía haber esperado por el indicador de los 25 años anteriores. Dentro del último lustro, ha sido el año en el que hubo menos diferencia entre lo que cayó y la media del cuarto de siglo previo.
Para el siguiente bienio, las lluvias siguieron menguando: en el 2020/2021, se contabilizaron 518 litros por metro cuadrado (un 18,7% por debajo de la serie histórica) y en el siguiente, 435 (-29,4%). En el presente ejercicio hidrológico, con indicadores hasta el cierre de julio, las precipitaciones son de 415 litros por metro cuadrado, un 25,4% inferiores al listón marcado por el cuarto de siglo anterior.
En el último lustro, el pantano cordobés que tuvo el peor comportamiento, fue Sierra Boyera. Sus reservas se desplomaron un 99,7%. De guardar 36,73 hectómetros cúbicos -estaba al 89,8% de su capacidad- ha pasado a 0,09. O sea, se ha secado.
El segundo en esta negativa tabla es el de Vadomojón. En el periodo analizado, perdió el 89,4% del líquido elemento que llegó a custodiar, con lo que hoy está en 12,65 hectómetros cúbicos, al 8,7% de su capacidad. El tercer puesto del podio lo comparten los pantanos del Bembézar (tercero más grande en Córdoba, con una capacidad de 328 hectómetros cúbicos) y el Retortillo. Ambos vieron esfumarse el 85,3% de su agua. Bembézar tiene ahora 39,6 hectómetros cúbicos y se encuentra al 12,1% de su capacidad cuando hace un lustro estaba al 78,8%. En cuanto al Retortillo, conserva 6,67 hectómetros cúbicos y se encuentra al 10,9% de su potencial de almacenamiento frente al 74,2% de hace cinco años.
Los dos mayores embalses de la provincia no escapan del descalabro. La Breña, con cabida para 823,4 hectómetros cúbicos, conserva 98,7, un 63% menos que hace un lustro. Y se halla al 12% de su potencial de almacenamiento, muy lejos del 33% que marcó en el arranque de agosto de 2018. Por su parte, Iznájar, el de mayor volumen de Córdoba (920 hectómetros cúbicos), actualmente se encuentra al 17,6% de su capacidad. Hace cinco años ese porcentaje era del 54,4%. Guarda 161,8 hectómetros cúbicos, un 69,7% menos.
Grave problema en el Norte
Además del notable impacto que la sequía está teniendo en la agricultura y la ganadería, las consecuencias más graves para el consumo humano se están viviendo en el Norte de la provincia cuyo suministro depende de Sierra Boyera. El Gobierno central aprobó unas obras de urgencia para una conexión provisional con La Colada. Los trabajos acabaron sobre la bocina, justo antes de que se secara, y entraron en carga en marzo. Pero, a mediados de abril, la Junta decretó que el agua procedente de la Colada no era apta para el consumo humano, por sus niveles de carbono orgánico total.
Entonces Emproacsa, la empresa de Diputación que se encarga del suministro, tuvo que activar un sistema de cisternas para abastecer a las 72.000 personas que viven en la zona septentrional y está buscando una solución para que el líquido elemento sea potable. Ahora, está probando dos tratamientos, la ósmosis y la ultrafiltración. Asegura que tiene resultados alentadores y espera saber en breve de forma definitiva si dichos tratamientos permitirían a los habitantes del Norte volver a beber del grifo. Eso sí, no sería de inmediato. Para aplicar esos métodos de potabilización podrían ser necesarios entre cuatro y seis meses.
Además, en el Sur, van creciendo los municipios en los que se van aplicando distintas medidas para reducir el consumo. El máximo exponente es Lucena, donde destaca la decisión de aplicar cortes nocturnos . Esta zona de la provincia tiene como embalse de referencia el de Iznájar.
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