Pretérito Imperfecto
Quince horas pensando
Y todo porque a la ultraderecha de este país y la 'fachoesfera' le da por viajar en tren, menudo medio de transporte burgués y opresor del progresismo. Donde se ponga un 'falcon' y un coche oficial...
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Iniciar sesiónMaría Jesús Montero se declara usuaria del AVE en un comentario entregado de forma calculada a las cámaras que filman recursos. Pero no pasa más tiempo del indispensable en el vagón. No hace falta que mienta en eso. Nos lo creemos. No sufre ... inquietud y falta de sueño cuando pisa la estación -bueno, la sala VIP-. O el andén, esperando el sorteo diario del infortunio y la desdicha. Ella no lleva todas las papeletas. Cuando el autónomo, el currito, la estudiante o el empleado de turno atraviesa la estación cordobesa del líder comunista, por ejemplo, desconoce qué será de su vida para siempre. Si perderá el trabajo por llegar de nuevo tarde. O si quedará atrapado en el triángulo bermudesco-manchego de La Sagra. Si pasará quince horas en plena llanura castellana, a oscuras y atorado; o si un alma pueblerina y cándida, al menos, le ofrecerá un sorbo de agua como buen samaritano. Si habrá accidente en Adamuz, avería en Hornachuelos o gol en Las Gaunas. O si los pacientes de quimioterapia a los que asiste una doctora podrán tener su supervisión diaria -como publicó este periódico en un caso real de una oncóloga cordobesa-.
Quince horas dan para mucho. Casi para un viaje en tren por toda Europa alcanzando Siberia, con aquellos expresos y viejas locomotoras de carbón donde era casi impensable semejante esperpento y espectáculo bochornoso. Pero imagino que los miles de usuarios que se ven atrapados estos meses en el caos ferroviario que vive España, y, especialmente, Andalucía, habrán tenido tiempo de recordar en sus horas muertas de espera y abandono cada uno de los detalles de las corruptelas que viajan sin freno por las páginas impresas de la actualidad estas semanas, para mayor sonrojo e indignación.
Mordidas en obras públicas del Ministerio de Transportes, el mismo que es responsable del mantenimiento y funcionamiento de este servicio público hoy reflejo de lo que es nuestro país. Dinero y empleo público usado para el disfrute con prostitutas, en dar viveza al mercado residencial de lujo, o en dar rienda suelta a viajes transoceánicos de dudoso rumbo. Sentados, a oscuras, con el gimoteo de un niño o el lamento de una persona mayor que ya no puede más, innumerables pasajeros aprietan los dientes y rumian insultos pensando en el ministro tuitero armando su lapidario bobo frente al espejo, entre sabotajes y chascarrillos, conspiraciones y pamplinas. Y todo porque a la ultraderecha de este país y la 'fachoesfera' les da por viajar en tren: menudo medio de transporte burgués y opresor del progresismo. Donde se ponga un 'falcon' y un coche oficial...
Luz verde a operadores privados de alta velocidad sin una red eficiente y fidedigna. Un verdadero sabotaje a la ciudadanía, abandonada en la calamidad, asfixiada de impuestos y enterrada en propaganda mientras el sistema y el Estado se van al carajo.
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