La próxima cena de Nochebuena será la más cara de la historia en Córdoba

«Está muy cara, se nota que ha subido todo», asegura Paqui Carmona, una clienta de una charcutería del clásico mercado Sánchez Peña, al ser preguntada si se nota o no el incremento en la cesta de la compra para celebrar las fiestas. Nos pone varios ejemplos reveladores de lo que nos encontramos con generalidad en Córdoba: «La carne ha subido 4 euros por kilo en cualquier clase, también otros cuatro euros el queso e incluso unos dos euros los langostinos en la última semana».

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Rafael CArmona

Los mercados de la ciudad están repletos de clientes a pesar de ser la Navidad más cara de la historia

Rafael Vallés, que le atiende al otro lado de la vitrina, afirma que «a los clientes les digo que ha subido todo antes de que pidan, para que luego no se asusten». Así de cruda es la realidad de la cena de Nochebuena más cara de la historia. Aunque el propio charcutero reconoce que «la gente se lleva a casa prácticamente lo mismo», puesto que «en estos días los productos estrellas son los tradicionales y no se escatima».

El dato de que será la cena más cara de la historia no está exento de contraste objetivo, a pie de calle y a pie de estadística. El Observatorio de Precios de Navidad que realiza la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirma que los precios de los productos típicos navideños «han crecido un 5,2 por ciento» respecto al carrito de la compra de hace un año. Más duro es el análisis del aumento que calcula desde que realiza la estadística, en 2015. Un golpe para recibir sólo en el postre.

El incremento en los precios de la carne es algo más moderado que en los pescados y mariscos. Con todo, no hay alimento que no haya subido, en consonancia con el último IPC en Córdoba, que fija un aumento de los productos alimenticios en el 14,3 por ciento. Lo explica con claridad el carnicero Moisés Muñoz en el mercado de la Corredora. «La carrillada, por ejemplo, ha pasado en un mes de 8 euros a que la vendemos a 12,9 euros», señala. Es una de las subidas más fuertes, pero demuestra que también hay productos estrella a buen precio pese a la subida para el menú: «El lechón de 2,8 kilos sale por 50 euros», lo que da un precio muy razonable de unos 17-18 euros el kilo.

Antonio Morales regenta una pescadería en el Sánchez Peña. También reconoce que «se nota» que han tenido que trasladar al consumidor la subida de precios. La solución de los clientes «es que intentan llevarse menos cantidad». Con todo, refleja que estos días los productos de pescado más demandados siguen siendo los tradicionales. «Las gambas, langostinos y cuerpos para el marisco», así como «la merluza, el rape y la lubina», añade Morales.

Las cifras son significativas. Poniendo de base tres menús con el plato principal de carne se concluye, que el coste ha subido un 22 por ciento en el pavo, un 9 por ciento en la ternera y un 6 por ciento en el cordero lechal respecto a 2021. Subidas importantes que repercuten en euros por cada comensal a la hora de elaborar el menú de la cena.

Además, los platos de mariscos típicos como gambas o langostinos también han crecido un 5 por ciento respeto al año pasado, aunque la subida más importante, del 19 por ciento, es para las almejas en sólo un año. Los mariscos tiran del alza.

Tere García, desde el supermercado Piedra de San Pablo, comenta que «llevo 32 años» al otro lado de la vitrina y que «depende de la zona y el poder adquisitivo que a los clientes les afecte comprar más o menos» por la subida de precios. A su juicio, «es cierto que ha subido todo, pero aquí el incremento es relativo respecto a otros».

En su charcutería constata que «el rey de la mesa» de las chacinas «es el jamón, seguido por el queso y el lomo». Insiste que «el jamón, curiosamente, es de lo que menos ha subido». Una versión que confirma Vallés en la Corredera: «Apenas se nota la inflación en el jamón». Lo evidencia Muñoz en su carnicería con datos. «Tenía todos los estantes llenos de jamones y ya estoy casi pelado», asegura.

Todo se debe, como afirma Mercedes Sánchez, en la pescadería García Sánchez, que «las personas en estas fechas tan señaladas no escatiman», puesto que «para como está la cosa» ni el incremento de precios frena las ganas de celebrar junto a las familias. En este sentido, la pescadera asegura con ilusión que «este año se nota que hay más alegría, después de los dos últimos años con el Covid, la gente no tiene tanta incertidumbre de si lo podrá celebrar con su gente, y eso hace que se esté viniendo más».

Esa afluencia también se nota en los productos más frescos de la tierra. Pilar Peña, en la frutería de la Corredera, recuerda que «el caldo, las setas y la piña» son sus ventas más clásicas y que están con una subida «similar al año pasado». Es un refugio ante la inflación generalizada que asuela a la cesta de la compra.

Entre los clientes, Antonio Giménez admite que «hacemos un esfuerzo para comprar lo mismo pese a la subida de precios», pero que «en lo que no llegamos, pues en lugar de medio kilo, nos llevamos 400 gramos». Es la receta de los consumidores para disfrutar de una buena comilona en la cena más familiar del año, a pesar de que será la Nochebuena más cara de la historia.

Lo prometido es duda. Llega el postre agrio. ¿Cuánto han subido los precios en estos años? La OCU asegura en su observatorio que de 2015 a este 2022, los precios de los productos navideños han crecido un 43 por ciento.