El perfil de la trata en Córdoba: inmigrante recién llegada a un piso

Según una de las principales entidades especializadas de atención a prostitutas en la ciudad, que prefiere mantener su anonimato, en Córdoba existen diez clubes de alterne, pero «los pisos son incontables, en cualquier bloque, en cualquier zona de la ciudad puede haber un piso, aunque hay zonas muy concretas de la capital donde el número puede ser mayor, como en la Zona Poniente.».

La colombiana Cristina, de 26 años, casada y con una hija de siete, y ante una situación de violencia de pareja, aceptó una oferta de trabajo en España como empleada de hogar. Llegó con su pequeña y la abuela a nuestro país, con los gastos pagados por la mujer que le ofreció esa labor. Debía devolver el dinero a plazos.

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Sin embargo, al llegar a su ciudad de destino, la esperaba un hombre que le quitó los pasaportes y la explotó sexualmente en un club de alterne mientras ser le privaba de ver a su hija y su madre, que pensaban que estaba en una casa de interna. Cristina logró escapar gracias a que contactó con la Cruz Roja. Este caso real ilustra la realidad de parte de la prostitución en el Día Mundial contra la Trata de Personas.

Según datos de la Cruz Roja, el 96% de las personas atendidas en situación de trata en toda España son inmigrantes. De ellas, el 70% se encuentra sin permiso de estancia y trabajo en el país y algo menos del 20% es solicitante de protección internacional.

La institución humanitaria ha acompañado a un total de 1.284 mujeres que atravesaban por situaciones de trata y explotación: 692 mujeres en situación de trata sexual, 87 mujeres en trata mixta, 35 en trata laboral, junto a las 470 mujeres en explotación sexual.

Asimismo, en Córdoba, la Cruz Roja ha atendido a 19 mujeres en contexto de prostitución, no necesariamente trata, durante el primer semestre del año. Por su parte, la entidad local especializada especificó que el principal porcentaje de mujeres con el que trabajan, también en cuanto a prostitución general, es de mediana edad, entre 25 y 40 años en Córdoba.

«Para que la prostitución se considere trata como tal, primero tiene que haber un engaño», explicó la abogada de la asociación In Género, Rosario Porras. «Nos encontramos con mujeres que quieren venir a España y, supuestamente, les hacen una oferta laboral como empleadas de hogar, para cuidar mayores, niños o en la hostelería como camareras o cocineras, cuando llegan se topan con la realidad de que ese trabajo no existe y deben ejercer la prostitución para pagar la deuda», añadió esta letrada experta en situaciones de prostitución.

Diferencia entre el porcentaje atribuible a la trata, que a su juicio se produce sobre todo en pisos, y el resto, por ejemplo el de clubes de alterne, que son «lugares públicos que están expuestos a inspecciones de Policía, Guardia Civil o trabajo».

Sin embargo «desde la pandemia se está incrementando la afluencia de pisos, en los que las mujeres están más ocultas, son más vulnerables, y los casos de trata y explotación afloran muchísimo más». Porras indicó que el porcentaje de trata es pequeño: «A diferencia de lo que habitualmente es vox pópuli, que todas las mujeres están obligadas, que todas las mujeres están tratadas, no es así», detalló la abogada.

Insistió en diferenciar la trata de la prostitución ordinaria, centrada casi en su totalidad en mujeres inmigrantes, en la que «no tienen una capacidad libre de decisión, pero sí eligen este opción cuando llegan a España porque tienen una situación administrativa irregular y grandes cargas en su país, con la necesidad de enviar dinero». Para Porras, la trata es puntual, y ofrece una cifra, los 46 casos que trató In Género el año pasado.

Para la entidad local especializada comentada al principio del reportaje, la influencia en la trata de leyes como la de de Garantía Integral de la Libertad Sexual o 'sólo sí es sí', ha sido positiva, puesto que cuando sufren delitos, y siempre que haya sentencia favorable, «pueden obtener su permiso de residencia y trabajo por circunstancia excepcionales».

Además, en la ley «se contempla la creación de Centros de Crisis 24 horas que en Madrid y otras localidades ya existen, pero no en Córdoba aún». Por su parte, Rosario Porras, de In Género, cree que la ley avanza mucho en el ámbito de las agresiones sexuales, pero no tanto en el caso de la trata, ya que al perseguir a las páginas de anuncios sexuales, han invisibilizado más a las prostitutas que ejercen en los pisos.

Incluso influyen negativamente, al margen ya de la trata, en poder ser dueñas de sus tarifas cuando ejercen la prostitución con cierto grado de libertad: «Antes las mujeres podían elegir el cliente, pactar el precio y el tipo de servicio, que ahora viene ya más impuesto por la mami, es decir, la responsable del piso donde están».

Por su parte, la Cruz Roja celebró que se hayan retomado los trabajos de elaboración de una Ley orgánica integral contra la trata y la explotación de seres humanos «que fortalezca los mecanismos de protección de todas las personas que atraviesan estas situaciones en cualquiera de las finalidades de explotación (sexual, laboral, reproductiva, mendicidad…) y establezca un marco común que garantice el acceso a recursos y ejercicio de derechos de todas las víctimas».