RELIGIÓN
El obispo de Córdoba ordena a seis diáconos
«Hoy ofrecéis toda vuestra vida al Señor», ha señalado el prelado en el oficio en la Santa Iglesia Catedral
Monseñor Fernández ante su sucesión
Córdoba
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Iniciar sesiónEl día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María se ha celebrado en la Santa Iglesia Catedral la ordenación diaconal de los seis nuevos diáconos para la diócesis de Córdoba: Francisco Solano Aguilar Tejada, Francisco Salvador Flores Hidalgo, Javier ... González Martínez, Javier Montes Jiménez, Miguel Ángel Moyano Estepa y Javier Rodríguez Calmaestra.
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Los nuevos diáconos, del Seminario Conciliar 'San Pelagio' y del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater 'San Juan de Ávila' han recibido el primer grado del orden sacerdotal acompañados de numerosos sacerdotes de la Diócesis, los rectores, formadores, seminaristas, familiares y amigos.
Monseñor Demetrio Fernández ha comenzado su homilía con «la alegría que compartimos al celebrar hoy la fiesta singular de la Virgen María, la fiesta de la Inmaculada Concepción en la que celebramos que María fue librada de todo pecado incluso del pecado original, es la toda limpia, la purísima».
Límites y debilidades
«Nosotros somos pecadores y conocemos nuestros límites y debilidades, ofendemos Dios al dejarnos llevar por esas debilidades, sin embrago, Ella es toda pura, sin pecado y tenemos que contemplarla durante toda la vida y pedirle que nos mire como madre buena y que con la misericordia de Dios nos aumente la gracia y podamos vivir como hijos de Dios en la paz de Dios», ha continuado el prelado.
En Córdoba año tras año, como ha recordado monseñor Demetrio Fernández, son ordenados los que van a ser diáconos y pronto sacerdotes. Los sacerdotes del presbiterio que os acompañan celebran la alegría de su ordenación diaconal, vuelven a revivir hoy lo mismo que vosotros vivís en este día de la Inmaculada, ha destacado el prelado. Esta fecha se vive también en el Seminario con especiales vibraciones, se prepara con la novena de la Inmaculada y deja sabor a los «dulces de Dios», que pasa por nuestra Diócesis año tras año.
El obispo ha resaltado que «para tener a Jesucristo permanente hasta el fin de la historia Él elige a hombres para el servicio del pueblo santo de Dios. Hay una elección de Dios, si no fuera así uno no se atrevería a acercarse a la ordenación, si no es porque ha recibido una llamada insistente por parte de Jesucristo. Así lo habéis testificado cada uno de vosotros, es una llamada personal en lo más hondo del corazón, la vocación sacerdotal no es algo externo ha sido percibida personalmente en el contraste con los formadores en el Seminario y habéis perseverado viendo que es Dios el que os llama para esta misión del diaconado y la entrega total a Jesucristo y su Iglesia».
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