MIRAR Y VER
ABC Córdoba: 25 aniversario
Gozar de un periódico nacional tan prestigioso en una provincia es un valor que no siempre se agradece lo suficiente
El concurrido acto del 25 aniversario de ABC Córdoba, en imágenes
Los cumpleaños son vida vivida y disfrutada, y, sea cual sea la edad, son siempre felices. ABC Córdoba ha cumplido los veinticinco y celebró la tarde del lunes, en el Palacio de la Merced, el nacimiento, el 25 de febrero del año 2000, ... de la cabecera del destacado diario nacional en Córdoba, que, como manifestó su director, a pesar de los cambios, ha permanecido siempre fiel a sus principios de excelencia, innovación e independencia, preciado y escaso bien este último tan necesario para la subsistencia de los medios de comunicación. Gozar de un periódico nacional tan prestigioso en una provincia es un valor que no siempre se agradece lo suficiente, aunque he de decir que el gran número de personas que llenaron el salón de actos de la Diputación, acompañados por el presidente de la Junta de Andalucía y por el del Parlamento andaluz, tenía mucho de reconocimiento y gratitud y dejaba claro que, contra injustas opiniones, Córdoba es buena pagadora para con quien bien la ama.
La mesa redonda «Descifrando Córdoba» centró el acto, en la que el alcalde, el presidente de la Diputación y el delegado del Gobierno Andaluz conversaron sobre las principales transformaciones de Córdoba en estos años, el AVE, el Plan Renfe, la Base logística, el PGOU, los cuatro Patrimonios de la Humanidad, la agroindustria o la reactivación del aeropuerto; sobre los problemas que afronta en la actualidad como el agua, el aumento de la capacidad energética para la expansión industrial o el acceso a la vivienda; también sobre los retos más desafiantes: la reindustrialización, la retención del talento y de la población y las políticas sociales, entre otros, y por último, los tópicos que nos aquejan, enumerados con destreza por quien moderaba la mesa, Francisco Poyato, «ni tan senequistas, ni tan discretos, ni tan estoicos, ni tan epicúreos». Y entre ni tanto, ni tan calvo, no quiero ni lo uno ni lo otro, que ya va siendo hora de soltar lastre y expresarnos a nosotros mismos con adjetivos distintos: inconformistas y emprendedores, brillantes y capaces, apasionados y sensibles, vitalistas y entusiastas.
De especial acierto y afectividad, fueron los momentos dedicados por el director al periódico, «un proyecto intelectual colectivo, un relato ordenado de las cosas que pasan» y «el espacio común» con los lectores, «que dan sentido a este oficio».
Un periódico es -acertó también - «la historia de un pueblo». Y no le falta razón, palabras e imágenes que descifran la realidad. Frente al acúmulo de información que recibimos, imposible de procesar, el periódico muestra un punto de la realidad que cobra intensidad y lo desvela. Me siento agradecida por ser partícipe, humildemente, de esta tarea, que permite no desertar de nuestro ser intérpretes del tiempo y artífices del presente sin otra arma que letras y palabras, porque como sentenció Roland Barthes «la escritura es un acto de solidaridad histórica».
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