Entrevista
Manuel Torralbo, rector de la Universidad de Córdoba: «Si tiene que haber privadas, lo que pedimos es que tengan calidad y no vocación de hacer caja»
El máximo responsable de la institución académica cordobesa se muestra muy crítico con el proceder de los proyectos privados y analiza el momento que pasan con el modelo de financiación de la Junta
Notas de corte 2025/2026 en Córdoba: Medicina y Enfermería vuelven a ser las más exigentes

Vayamos a lo más reciente. ¿Le convence el nuevo modelo de Selectividad?
-Cuando un modelo se implanta tampoco se puede hacer una evaluación en un año. Me parece que los cambios pactados por las partes son buenos. Y el que puntualmente baje la nota, en general, como es para todos, no va a tener una repercusión enorme. La prueba, en realidad, lo que mide es la madurez, los conocimientos generales, de lengua, filosofía, de historia, de matemáticas... No creo que sea un drama para los estudiantes. Acaban su bachillerato y es verdad que tienen que acostumbrarse ahora a otro tipo de pruebas, donde es más el raciocinio y el razonamiento y los conocimientos generales que una dosis, podríamos decir, de mecánica.
-Las notas de corte acaban siendo cada año casi una foto fija en Córdoba. Un pequeño ramillete de grados concentran las calificaciones más altas. Dadas las circunstancias sobre qué grados son los más demandados, ¿urge lograr más plazas en ellos?
-Cuando hay unas titulaciones que tienen una alta demanda hay que intentar ampliar un poquito el número de plazas. A lo mejor no podemos duplicar un grupo porque se precisa infraestructura y, sobre todo, profesorado, que es lo que cuesta más; un profesorado de calidad. Pero no al punto de algunas universidades 'online', que se puede convertir hasta en escandaloso lo que se aumenta el número de plazas de admisión en determinados másteres. Sin embargo, sí pienso que tenemos que ser sensibles en Medicina con una apuesta del Gobierno central de incentivar dando una ayuda por cada estudiante. Así hemos aumentado un 10% el número de plazas. Es la obligación de cualquier universidad pública. Este año tenemos la novedad de Matemáticas y Filosofía y Nutrición. Maestro, por ejemplo, es una titulación que también tiene una nota de calificación alta y se llena gracias a su componente vocacional. Nuestro número de plazas es alto. En otros grados de salud sí tenemos un margen de mejora: Enfermería, Fisioterapia. Podemos y debemos intentarlo.
Más plazas
«Tenemos que ser sensibles en Medicina con una apuesta del Gobierno central de incentivar dando una ayuda por cada estudiante»
-Esos cuellos de botella que se crean en esos grados, ¿no acaban alentando a las universidades privadas, de las que los rectores andaluces se quejan a ocupar, precisamente, ese vacío? Por ejemplo en el campo sanitario estos últimos años...
-Está claro. Cuando la sociedad demanda un determinado título y la pública no responde a toda esa demanda pues es lógico que el sector privado vea una oportunidad de hacer negocio. El problema es cuando se autorizan universidades que solamente buscan ese negocio y no la formación, la investigación y la transferencia del conocimiento. Entonces pasamos de que eso sea una universidad a un centro de formación. No nos olvidemos que una universidad forma en grado, posgrado y doctorado. Si no hay investigación, difícilmente va a llegar ni a un posgrado de calidad. Pero si a esas universidades se les dan facilidades, las familia cuyos hijos no pueden hacer medicina con altas notas hacen un esfuerzo y se sacrifican por darle ese futuro en una privada.
-¿Ustedes, me refiero a los rectores, prefieren mejor una Loyola Andalucía, que ya ha implantado esos grados en salud, que cinco universidades online?
-Vamos a ver, yo creo que lo que preferimos es que haya universidades que sean universidades en su totalidad. Si tiene que haber privadas, lo que pedimos es que tengan calidad y no tengan una vocación títulos 'online' sin investigación y con vocación de hacer caja. Hemos hecho informes donde dudábamos de algunosproyectos y su calidad. En 2012 no había nunguna privada en Andalucía y que ahora haya cuatro, pues bueno, ya las tenemos y lo que tienen que hacer es intentar hacerlo lo mejor posible. Pero yo creo que el sistema andaluz tiene suficientes universidades privadas ya como para no querer seguir pensando en más.

-Corríjame si me equivoco. Creo que ahora mismo el panel de oferta de grados de la UCO está en torno a unos 50. ¿Cómo cree que tiene que crecer? ¿En calidad o en cantidad?
-No, bueno yo creo que va a ser difícil que crezca la universidad en cantidad por unas razones obvias: la pirámide de población juvenil no es creciente, al contrario es decreciente. Por tanto nosotros tenemos que intentar seguir siendo una universidad de referencia en investigación, que lo somos ya con el tamaño que tenemos y desde esa posición fuerte, llevarla a la formación de grado, posgrado y doctorado. Somos la universidad, que proporcionalmente, más tesis doctorales lee en Andalucía en función del profesorado que tiene para dirigirlas. Tenemos que conseguir intentar traer a los mejores estudiantes, que vean que nuestra universidad es una oportunidad. Ser más internacionales, sin renunciar a que vengan de Andalucía y el resto de España por titulaciones como agronomía, medicina, veterinaria o incluso ahora mismo en educación o psicología desde la investigación. En el fondo es que el modelo de universidad es lo que marca el camino. Y claro, todo el mundo al final se alinea con los objetivos.
Reto ante la 'titulitis'
«Nosotros tenemos que intentar seguir siendo una universidad de referencia en investigación, que lo somos ya con el tamaño que tenemos y desde esa posición fuerte»
-Ha citado usted algunas veces los rankings. ¿Se han convertido en el acabose de la universidad? ¿Lo tienen que ser todo?
-A todos nos gusta mirarnos cuando salimos bien. No son el acabose. Son datos que hay que mirar sin que sean como la piedra filosofal de la universidad. Lo que sí tiene que ser claro es que la universidad, si quiere ser una universidad del siglo XXI, tiene que hacer investigación y transferencia. Y sobre ese pilar construir la mejor formación en las tres etapas que he dicho. Me parece que esa es la hoja de ruta. Y por tanto, si un año sale uno mejor en el ranking, le puede confirmar que está en la dirección adecuada. Y si otro año baja, pues tampoco es que tú hayas hecho las cosas peor.
-Pasemos a otro tema nuclear como es el tema de la financiación. ¿Cómo es ahora mismo esa relación de 'amor-odio', entiéndame, que traen con la Junta de Andalucía?
-Para la Universidad de Córdoba es una relación de amor con la Junta de Andalucía porque a nosotros nos va bien. Otra cosa es una lucha permanente por el cumplimiento del modelo. Se lo he dicho muchas veces al consejero: el modelo se aprobó en 2023 y desde mi punto de vista es un magnífico modelo. Con unas cláusulas muy importantes donde una de las cuestiones en donde sí discrepamos fue en las inversiones por los remanentes no afectados. Nosotros le proponíamos que fueran al menos 20 millones cada año y finalmente el modelo contempló un máximo de 20 millones. Es insuficiente. Primero te cierra mucho las manos, porque si el máximo ya está limitando y puede que tengas más remanentes, y por tanto más proyectos de inversión, no los puedas abordar. Y además había un plan de inversiones de la propia consejería.
-¿Qué más cosas buenas tiene también?
-Una cláusula de salvaguarda muy importante, que es que cada año recibe la universidad como mínimo la cantidad del año anterior más los incrementos y costes retributivos. Por tanto no tiene sobresaltos frente a bajones de financiación que te pongan en peligro. Y luego hay otra de nivelación buena para las universidades que pueden partir de diferente posición.
Modelo de financiación
«Nuestra relación con la Junta ahora es de amor porque nos va bien, pero estamos en la lucha de que se cumpla lo firmado»
-¿No hay ningún aspecto que les desagrade, entonces?
-Es verdad que es un modelo que si además lo acompañamos de unos acuerdos sindicales que mejoran las condiciones del personal, tanto los complementos autonómicos como la carrera horizontal y evolución del desempeño, pues requiere de unos incrementos de presupuesto que son importantes. Y ahí es donde estamos en la lucha de que se cumpla lo firmado. Evidentemente exige unas cantidades que van a gastos fijos y recurrentes que han de actualizarse. Y aún quedan otros componentes que todavía no hemos abordado como las inversiones fuera de los remanentes y llevamos tres años sin ellas. Nosotros, de momento, lo que estamos haciendo lo estamos ejecutando con los remanentes no afectados.
-¿Hasta qué punto del capítulo de ingresos que tiene la Universidad de Córdoba proviene de la vía privada?
-Somos de las universidades que podemos presumir del modelo que pide que se tienda a que la financiación pública sea un 70% y el 30% venga de captación externa. En la liquidación del año pasado y la de éste, lo cumplimos. Para ello es clave una buena investigación. Porque sobre la buena investigación haces transferencia; sobre las transferencias, haces centros de desarrollo territorial, gastas fondos, haces cátedras y contratos que te financian. Si nos basáramos solo en el número de estudiantes, no podríamos.
-¿Y usted sería partidario de aumentar esa cuota privada? A fin de cuentas les podría dar también mayor libertad de maniobra, ¿no?
-Mientras más posibilidades tiene uno de gastar fondos, más autonomía tiene, eso está claro. En eso no voy a dejar de creer Otra cosa es que eso sea a costa de que la otra financiación sea menor. Eso es lo que no debe de ocurrir. Si el 70% sigue siendo más dinero porque nosotros también gastamos más dinero, estupendo. Pero no que mantengamos la proporción a la baja.
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