La Graílla
Papá, llévame al cine
Si este verano tampoco hay películas pedirán la declaración de servicio público esencial y la adquisición del Fuenseca, el Delicias y el Olimpia
El barro de los Machado (20/4/2024)
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Iniciar sesiónEs curioso que haya gente que se asocie no para unir sus voluntades individuales y conseguir objetivos por sí mismos, sino para meterse mejor bajo el paraguas protector del Estado y pedirle que invada todos los rincones de la vida privada. Dicen los ... que están en la otra orilla que ciertas izquierdas y algunos movimientos ciudadanos quieren ante todo aprovecharse del esfuerzo de los demás quitándoles una parte del fruto de su trabajo para no tener que hacer lo mismo, pero a veces lo que se nota es un complejo de inmadurez que haría necesario tratarlos como a alumnos de la última fila a los que explicar las cosas despacito o como a hijos cortos a los que sus padres repiten lo mismo todas las noches.
La recogida de firmas para pedir al Ayuntamiento que se responsabilice de la recuperación de los cines de verano tendría la lectura de que se intenta culpar a un alcalde popular, pero sólo sería superficial: lo que de verdad late es que para una cierta parte de la sociedad la Administración no tiene más remedio que intervenir en un proceso de estricta economía privada en el que los herederos de Martín Cañuelo deben decidir qué hacer con el negocio y los espacios que dejó el empresario y cinéfilo y si quieren gestionarlos, confiar la gerencia a terceros o venderlos a quienes tengan conocimiento y ganas de seguir con el trabajo.
Sí, puede que el Ayuntamiento de Córdoba ya haya hecho de puente entre algunos interesados y los herederos, y hasta que pueda convencer si es que hay dudas, y es probable que quienes escuchan el repique sin identificar el campanario piensen que si los cines de verano no abren es por culpa del alcalde.
No es mala paradoja, porque si los cines de verano llegaron llenos de salud al año 2022 fue porque funcionaron como empresas que ofrecían al espectador lo que buscaba: una película buena o entretenida, un ambigú con que llenar el estómago y algo de frescor en las duras noches del verano de Córdoba a un precio razonable. Por eso se hizo popular el cine en el siglo XX y por eso llegaba a todos los barrios durante todo el año.
Si este verano pasa también sin películas en el Casco Histórico, faltará poco para pedir la declaración de servicio público esencial, la adquisición del Fuenseca, el Delicias y el Olimpia como antes se ha hecho con Caballerizas y su gestión a cargo de una fundación pública municipal con empleados, funcionarios y programación que tenga que pasar por un consejo de administración con voz y voto de los partidos representados en el Pleno y filias y fobias de cada uno a la hora de elegir títulos y directores.
Antes que gente que quiere colocarse en los futuros cines públicos tal vez sea paternalismo de quienes piensan que no hay vida sin la Administración. Sí, es cándido, pero qué se puede esperar de quienes promovieron antes abortos y ahora mutilaciones genitales y pronto llorarán si la evidente falta de nacimientos obliga a cerrar los colegios que se van quedando vacíos.
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