reportaje
Películas bajo las estrellas en pantalla inflable: Lucena revive la magia del cine de verano
La Delegación de Cultura organiza esta iniciativa gratuita para llevar el séptimo arte a barrios y pedanías de la localidad
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Clara R. Baum
Lucena
En Lucena este verano, las noches de los jueves tienen protagonista: una pantalla inflable de 12 metros cuadrados, sonido de alta calidad y hasta seis kilos de palomitas para cada sesión. Desde principios de julio y hasta finales de agosto, el cine se cuela ... en plazas y rincones de la ciudad y sus pedanías con una iniciativa que mezcla la cultura, la convivencia vecinal y un guiño a los tiempos en que ir a ver una película al aire libre era un ritual estival.
La Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Lucena, encabezada por Francisco Barbancho, ha apostado de nuevo en 2025 por el cine de verano itinerante. Un programa que en apenas tres años se ha ganado un hueco fijo en la agenda estival. «Lucena llevaba tiempo sin un cine de verano tradicional como el que recordamos de la calle Quintana. A la llegada del equipo de gobierno quisimos recuperarlo, pero con un formato descentralizado, llevándolo a los barrios y pedanías», explica el regidor.
Si el año pasado ya hubo una buena respuesta, este año la oferta crece: nueve sesiones en Lucena y cuatro en las pedanías —tres en Las Navas del Selpillar y una en Jauja—. La programación arrancó el 3 de julio y se extiende hasta el 28 de agosto para que el plan no compita con las verbenas o las citas gastronómicas que tendrán lugar durante estos meses.
La fórmula es sencilla y efectiva: entrada gratuita, películas familiares o de comedia, y un punto de palomitas —también gratis— que reparte unos seis kilos por sesión. La combinación es infalible: las colas comienzan mucho antes de que se encienda el proyector y se llenen las sillas —y los bancos, las hamacas, e incluso los balcones—.
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«Son películas españolas en su mayoría, muy conocidas, para todos los públicos al tratarse de un espacio abierto. Lo que buscamos es que la gente pase un rato agradable, sin importar la edad. Niños, jóvenes y mayores: aquí caben todos», resume Barbancho.
El ambiente en cada proyección es distinto, pero la media ronda entre 250 y 400 personas. En algunas plazas ha habido que añadir sillas y en las pedanías, aunque el aforo es más reducido, el lleno está garantizado. Isabel, vecina de la Plaza Frasquito Espada, llega con su marido y sus dos hijas. Mientras se ubican, comenta: «Es una gran iniciativa, pero ojalá pudiese ser como en localidades vecinas, con sesiones todos los días. En verano apetece mucho y siempre hay gente».
En otra esquina, Araceli, Mari y Carmina —vecinas de toda la vida— esperan charlando. No se pierden una proyección y, mientras recuerdan a quién le tocaba traer las pipas, rememoran los desaparecidos cines La Rosa, en la calle Quintana extinto en la década de los noventa, y Cine España en la calle Las Torres: «Era nuestro plan de la semana. Las entradas costaban unas pesetas y siempre había doble sesión».
No solo acuden familias y personas mayores. Adrián y Andrea, de 15 y 17 años, se estrenan este año. Han elegido la comedia 'Maridos', de Paco León y Ernesto Alterio, por ser «la menos familiar» y coinciden en que es un plan perfecto para combatir el calor: «Seguro repetiremos».
Detrás de cada sesión hay un despliegue técnico que dirige la empresa lucentina de Montse. La pantalla inflable de gran formato se planta en minutos y el equipo de sonido está «a los mayores estándares de calidad», asegura. El resultado: diálogos claros, música envolvente y la sensación de estar en una sala «pero con cielo estrellado».
Dos últimas oportunidades
El público llega con bocadillos y hasta sus propias neveras. Entre los asistentes no faltan a las sesiones más céntricas, como la que inauguraba el ciclo en el Paseo del Coso, miembros de asociaciones como AMARA, que encuentran en estas noches un espacio para compartir y disfrutar. La elección de las películas no es casual.
En total, cuando caiga el telón el 28 de agosto, se habrán celebrado 13 sesiones y pasado por ellas entre 3.500 y 4.000 personas. Una cifra que confirma que la iniciativa ha calado en el público y que, con toda probabilidad, «volverá a repetirse el próximo año», como confirma Barbancho.
Quedan todavía dos citas para los días 21 y 28 de agosto en el Jardín de las Letras y el exterior del Auditorio Municipal Manuel Lara Cantizani. Dos oportunidades más para sacar la silla, llenar el vaso de refresco y dejar que la magia del cine ilumine las plazas de Lucena. Porque, aunque los tiempos cambien, hay costumbres —y olores— que siempre encuentran su lugar en las noches de verano.
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