Cultura
Las letras huérfanas de Antonio Gala
El autor de 'Charlas con Troylo' falleció a final de mayo, el mismo día de las elecciones municipales, y dejó páginas memorables y el sello de la Fundación de Jóvenes Creadores
Antonio Gala en un acto de la Fundación que lleva su nombre
Mayo, que en Córdoba suele ser un mes de fiesta y de celebración, acabó coronado en 2023 por el luto, por la tristeza. Porque el día 28 (el mismo día por cierto de las elecciones municipales) moría Antonio Gala, el último clásico de la ... literatura de Córdoba por más que hubiera nacido 92 años antes Brazatortas (Ciudad Real). Afincado en la ciudad desde los 9 años al trasladarse su familia a la ciudad, el autor llevaba semanas ingresado en el Hospital Reina Sofía y muchos meses sin realizar apariciones en público. Ciudad de acogida, ciudad propiaLa ciudad que lo acogió como un vecino más cuando era un niño y que empezó pronto a enorgullecerse de su talento le lloró a su forma: discretamente, sin estridencias, como hizo el mundo de la cultura en general. Porque la aportación de Gala a la Literatura es enorme.
Articulista de prensa, dramaturgo, poeta y novelista, su personalidad arrolladora e inclasificable ha marcado una época en la creación artística en España. Basta con citar, por ejemplo, aquella etapa inolvidable en la que Jesús Quintero entrevistaba a Gala entre humo de cigarro, sonrisas pícaras y silencios filosóficos; noches mágicas -albores de los años 90- en los que España entera se sentaba ante el televisor para ver hablar al poeta de bastón y pañuelo al cuello, convertido ya entonces en el arquetipo del escritor con mayúscula dentro del imaginario colectivo.
O también los primeros 80 en los que crujió por vez primera la inocencia de la Transición con aquellas manifestaciones contra la OTAN en la que el escritor fue figura destacada. Mucho más atrás aún se vislumbra también una juventud legendaria, con su punto díscolo y aventurero y que el propio Gala contó en 'Ahora hablaré de mí'. Tras pasar por Portugal e Italia, Antonio Gala acabó radicándose en Madrid y convirtiéndose en uno de los grandes dramaturgos del siglo XX español, en un novelista de éxito constante y en un poeta vocacional que nunca abandonó esos versos en los que curtió su juventud y que siempre acabaron 'envenenando' todos sus textos de lirismo, de un sello muy propio y de una fina nostalgia.
Comprometido de una manera muy clara con las posturas de izquierda durante la Transición, quedan el recuerdo sus 'Charlas con Troylo', 'El manuscrito carmesí ' y 'La pasión turca ', que llevó al cine no sin polémica el director Vicente Aranda con Ana Belén como protagonista. Sus 'Cartas a los herederos ' y sus ' Troneras ' en los periódicos marcaron una época, así como en la poesía amorosa lo hicieron los versos de 'El águila bicéfala'. Entre sus obras también destacan 'Los verdes campos del Edén', 'Anillos para una dama', 'Enemigo íntimo' y 'Granada de los nazaríes'. Antonio Gala superó el cáncer que le fue diagnosticado en 2010, del que no le quedó ni rastro, pero aún así mantuvo hasta su muerte años una vida de retiro y sosiego. En este tiempo no concedió entrevistas ni hizo vida pública salvo contadísimas excepciones, pero sus cercanos reconocen que son muchas las cosas que eran habituales en su vida que le gustaría haber ejercido hasta el final.
En los últimos años, la vida del artista se desarrolló entre dos territorios: en La Baltasara, que es la casa que tenía en la localidad malagueña de Alhaurín El Grande, y en la vivienda de la que dispone en la Fundación Antonio Gala de Córdoba. Sus más cercanos cuentan que dedicaba dos o tres horas diarias a leer la prensa con morosa curiosidad y que se deleitaba con los clásicos y con los libros que le van llegando de antiguos becados de su fundación. Los premios que ganan, en ocasiones por libros escritos o cuadros pintados en la propia Fundación, los sentía como propios.
El legado de Gala está cifrado en la Fundación de la calle Ambrosio de Morales de Córdoba, inaugurada a comienzos de este siglo, y que promueve la creación de los jóvenes en diversas disciplinas artísticas. El lema de la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores es ese verso del 'Cantar de los cantares' : «Pone me ut signaculum super cor tuum»: «Ponme como un sello sobre tu corazón». El que ha dejado Gala con su marcha.Una de las especialistas en la obra del autor es la profesora titular de Literatura Española de la Universidad de Córdoba (UCO) Ana Padilla Mangas, que cree que la popularidad es una de las claves que explican la populatidad de sus textos.
En este sentido, Padilla Magas resalta que «la empatía de los textos de Gala está basada tanto en lo que dice como en la forma de decirlo: el contacto poético, teatral o periodístico que mantiene con el público tiene también sus raíces en una realidad que sabe captar de manera certera e ingeniosa para, a través de su aprendizaje vital, guardarla y recrearla en su memoria». Este estilo está muy presente en 'Ahora hablaré de mí', que es una suerte de recopilación de memorias de un cordobés inmortal que dará nombre a la Biblioteca Central de su ciudad.
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