ENTREVISTA

Juan Miguel Moreno Calderón: «Hemos logrado en 20 años que Córdoba sea una referencia en el mundo del piano»

FESTIVAL DE PIANO RAFAEL OROZCO

El promotor la cita musical, que regresa desde hoy, repasa las claves de este emblema musical de la ciudad

El Festival de Piano Rafael Orozco de Córdoba reúne a las mejores figuras mundiales en su 20 aniversario

Juan Miguel Moreno Calderón junto al piano de su domicilio RAFAEL CARMONA

Félix Ruiz Cardador

Córdoba

En la tarde de este lunes arranca en el Teatro Góngora de Córdoba, con la presencia del maestro ruso Grigori Sokolov, una nueva edición del Festival de Piano Rafael Orozco. No se trata sin embargo de una más, sino del 20 ... aniversario de esta cita que impulsó en 2002el catedrático de Piano y exconcejal de Cultura Juan Miguel Moreno Calderón. Con tal motivo, el Festival ha organizado un programa muy completo y que visita este año otros espacios como la Mezquita-Catedral. Es buen momento para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro.

—A escasas horas de que comience el festival, ¿cuáles son sus sensaciones?

—Siento que es un Festival de celebración por estas das dos décadas y también estoy muy contento por el plantel de pianistas que viene, extraordinario. Por supuesto por la presencia de Grigori Sokolov, que lo va a inaugurar, y de Elisabeth Leonskaja, que lo clausura. Ambos son artistas de primer nivel, pero en general todo el cartel creo que está muy cuidado y pensado para el disfrute del público. Hemos traído pianistas de estilos diferentes y que son especialistas también en diversos repertorios. Creo que será un Festival que quedará en el recuerdo.

El director del Festival RAFAEL CARMONA

—Al cumplirse 20 años, es buen momento para evocar los inicios. ¿Cómo los recuerda?

—El festival nació en 2002 con motivo del centenario del Conservatorio Superior. Yo en aquel momento era director del centro y le pedí al Ayuntamiento que patrocinase un festival de piano dedicado a Rafael Orozco para celebrarlo. La concejala de Cultura, Angelina Costa, lo acogió con mucha ilusión, por lo que le estoy muy agradecido. El Festival lo inauguró Javier Perianes. Fue una edición muy exitosa, y así fue como comenzó a crecer en colaboración siempre con el Ayuntamiento. Ha supuesto un gran esfuerzo, con periodos difíciles, pero creo que a este 20 aniversario llegamos en un momento muy bueno. El Festival tiene solera y un merecido prestigio debido a la cantidad de grandes pianistas que han pasado por aquí en estas dos décadas.

—¿Se han cumplido los objetivos?

—Cuando propuse este festival yo tenía dos objetivos principales: rendir homenaje a Rafael Orozco, por lo que había significado, y hacer de Córdoba un lugar de referencia en el mundo del piano. Visto con el tiempo, creo que ambas cosas se han conseguido, pues tenemos uno de los festivales más prestigiosos de España y también hemos ayudado a que la figura de Orozco se conozca mejor. Es indudable que para los pianistas que conocieron a Rafael y que fueron sus compañeros venir a Córdoba tiene un doble atractivo, pues no sólo acuden a un festival con prestigio sino que también recuerdan y rinden homenaje al amigo.

Jóvenes talentos

 

—¿Sigue vivo el recuerdo de Orozco entre los pianistas jóvenes?

—El sino de los intérpretes respecto a los compositores, salvo que hablemos de un Pablo Casals o de un Rubinstein o un Horowitz, es que con el paso del tiempo y una vez fallecen pueden caer en el olvido o si acaso en un limbo muy minoritario. Orozco murió en el 96 y el mercado del disco ha cambiado mucho en estos años, por lo que hay que hacer un esfuerzo para que los jóvenes pianistas conozcan su obra, sepan la importancia que tuvo en su momento y se interesen por su figura. La mayoría de los pianistas jóvenes, salvo que tengan algún profesor que fuese compañero de Rafael, no lo conocen, pero yo tengo comprobado que cuando lo escuchan se quedan muy sorprendidos. Cuando yo hago seminarios en conservatorios superiores, incluido el Real Conservatorio de Madrid, veo muchas caras de sorpresa cuando les pongo a Orozco y comienzan a escuchar sus grabaciones. Creo que desde Córdoba lo estamos haciendo bien para mantener vivo el nombre de Rafael, un cordobés universal, y creo eso nos prestigia como ciudad. Yo le estoy muy agradecido al Ayuntamiento, a los concejales de Cultura de estos años, a los técnicos municipales y a todas las personas que me han ayudado como director artístico a llevar adelante este proyecto. También al público, porque si no tuviésemos unos seguidores tan fieles este Festival no tendría razón de ser.

«Si no tuviésemos unos seguidores tan fieles este Festival no tendría razón de ser»

Juan Miguel Moreno Calderón

Promotor del Festival

—Por aquí han pasado pianistas consagrados, pero también jóvenes que en el paso de los años han ganado grandes premios. ¿Cómo se trabaja ese aspecto?

—Desde primera hora teníamos claro que la premisa básica era la calidad. Si queríamos rendirle homenaje a Orozco y crecer con los años en proyección internacional ese objetivo tenía que ser irrenunciable. No podíamos tener en cuenta otro tipo de consideraciones que no fuesen la calidad musical y la calidad pianística. Partiendo de esa base, yo pensé que teníamos que avanzar por dos grandes líneas. Una, traer a grandes maestros consagrados con vocación internacional, algo que tenía que quedar patente desde el primer momento. La otra consistía en ver que jóvenes emergentes estaban llamados a ser grandes figuras. No era sólo traer jóvenes porque fuesen jóvenes, sino con potencial. Por ejemplo, cuando vino Perianes en 2002 ya había ganado el premio Jaen pero no era la figura internacional que es hoy. El mismo caso ha sucedido por ejemplo con el francés Alexandre Kantorow, el islarelí Boris Giltburg o el ucraniano Dimytro Choni, que tras pasar por aquí ganaron concursos como el Chaikovski de Moscú, el Reina Elisabeth de Bruselas o el de Sidney. Lo que hay detrás es un trabajo importante de hablar con managers, con pianistas, con entendidos, con críticos y ver muchos vídeos, siempre con el objetivo de buscar la calidad y artistas que tengan estilos y repertorios variados. Siempre ha sido el objetivo abrir el abanico y siempre con el criterio de traer pianistas buenos y con marchamo internacional.

—Conforme el festival crecía, ¿también el público ha ido cambiando?

—Mientras más conciertos de calidad ve el público más exigente se vuelve. Es lógico. Ahora, cuando cualquier concierto baja un poquito de calidad por cualquier detalle, muchos aficionados vienen y me lo comentan. Esa es una de las mayores satisfacciones para mí, pues creo que hemos conseguido compartir esa pasión que nosotros tenemos por el piano con otras personas, que se han hecho incondicionales del Festival. El amor por la música y por el piano es lo fundamental que tenemos que transmitir todos los que hacemos este proyecto, incluidos los propios pianistas que también vienen a compartir su pasión.

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