En el centenario de Mateo Inurria

La gran obra de Mateo Inurria, no obstante, la puede ver cualquier cordobés o paseante, a pie de calle: el impresionante monumento ecuestre del Gran Capitán, alzado en la plaza de las Tendillas desde 1927 y antes, desde 1923, en la confluencia de las avenidas de Gran Capitán con Ronda de los Tejares. De nada valdrá que un servidor de ustedes explique que la cabeza de la estatua no es deLagartijo, porque Mateo Inurria tiene una cabeza del torero y es diferente del Gran Capitán. Dudo si muchos cordobeses saben que el Gran Capitán es obra de Inurria, pero la leyenda se la conocen todos. Tampoco creo que sepan que Mateo Inurria tuvo una intervención decisiva en las restauraciones de la Mezquita-Catedral y de la iglesia de San Pablo, en las postrimerías del siglo XIX y los principios del XX.

En general, los cordobeses no conocen ni valoran suficientemente a Mateo Inurria, a pesar de que triunfó en Madrid, donde fue profesor de término de Modelado y Vaciado en la Escuela de Artes y Oficios. No obstante, su ciudad natal lo recuerda con el nombre de la Escuela de Artes y Oficios que está en la plaza de la Trinidad, con una calle a él dedicada, una placa en la casa donde nació (hoy Hotel Alfaros) y un sencillo busto en los Jardines de Agricultura.

Para Ramón Montes, el «verdadero testamento artístico» del escultor tiene «tres referencias». Una es la obra 'Las tres edades de la mujer', que concluyó poco antes de fallecer, para el Casino de Madrid, y de la que hay una versión en escayola en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, «responde a ese idealismo que trata de simplificar la figura humana buscando una expresión, un atractivo, una belleza y una estética». Otro es 'Cristo atado a la columna', la única talla de Inurria en madera policromada, que está en la iglesia de la Asunción de María, en Guernica, donde salió indemne del bombardeo de 1937. Y las obras que hizo para el pórtico del cementerio de la Almudena en Madrid: el 'Cristo del Perdón', donde están «esas formas geométricas donde él ya estaba trabajando y que representaban una nueva vía estética» y 'San Miguel pesando las almas', una obra impresionante, que consta sin terminar por fallecimiento del escultor, poco antes de rematar su pulido.