DESDE MI RINCÓN
Nosotros, el pueblo
Exijamos que se revise mediante Ley Orgánica el artículo 23 de la Constitución para que la participación ciudadana no se limite solamente a las votaciones
CÓRDOBA
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Iniciar sesiónRecordemos la parábola de los talentos (Mateo-25,14-30). Un hombre entrega un número de talentos a cada empleado confiando que los desarrollen mientras él estaba fuera. Al volver recompensa a quienes gestionaron bien ese patrimonio. A los que por personalismos o falta ... de responsabilidad no hicieron crecer aquello que se le adjudicó, perderán lo entregado y la confianza para responsabilidades futuras.
Los partidos políticos deberían adoptar esa política evangélica. Cuando un político, como servidor público que es, recibe un puñado de votos o confianzas al inicio de una legislatura obteniendo responsabilidades de gobierno, y como consecuencia de una gestión pobre o egoísta al finalizar la misma pierde confianzas y poder, debería volver a su trabajo fuera de la política para formarse mejor antes de aspirar a cargo público.
Actuando así los partidos estarían reconociendo que la soberanía nacional reside en «nosotros, el pueblo» y no en el partido. Actuando como actúan, usurpan nuestra soberanía convirtiendo la democracia en partitocracia. Estamos cansados de ver cómo políticos a los que el pueblo entregó confianzas y poder pierden ambas cosas por nefasta gestión y a cambio reciben del partido mayores responsabilidades y sueldo público en otras instituciones, empresas o chiringuitos. Eso hace que cuando un político asume una responsabilidad de gobierno, su interés en hacerlo bien es relativo.
Sabe que nunca tendrá responsabilidad personal ni su partido lo va a dejar en la calle. Para que las cosas no sean así, «nosotros, el pueblo» deberíamos tener la posibilidad de ejercer nuestra soberanía en todo momento. Exijamos que se revise mediante Ley Orgánica el artículo 23 de la Constitución para que la participación ciudadana no se limite solamente a las votaciones. Para conseguir eso debemos estar unidos, bien informados y dispuesto a ejercer sin miedos nuestra soberanía. ¿Comprenderemos esto? El día que los políticos perciban que gobiernan a un pueblo que no está anestesiado ni amordazado, la soberanía estará donde debe estar, en «nosotros, el pueblo». Mientras no sea así, la democracia en España es un espejismo.
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