Desde Simblia
Era otra época
Estamos fuera de juego y la paz para Gaza deja a Sánchez colgado de la brocha y sin acudir al conflicto como oxígeno para sus problemas internos
Apagados los ecos
Conviene saber
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Iniciar sesiónHubo un tiempo en que la relación de España con los países árabes era extraordinariamente fluida. Franco, en beneficio de esa sintonía, no permitió que España estableciera relaciones diplomáticas con Israel. Eso no ocurrió hasta 1986, una vez superada la Transición. Esa ... nueva situación llevó a importantes colaboraciones, incluidas las de los servicios secretos para la lucha contra el terrorismo.
Esa ha sido una de las principales luchas de Israel para hacer frente al terrorismo islámico, personificado en Hamás. Otros acuerdos de gran importancia han sido en el campo armamentístico, donde la tecnología militar israelí, una de las más avanzadas del mundo -Israel para su supervivencia necesita de una fuerza militar capaz de enfrentarse a un entorno hostil- y muchos de sus componentes de carácter militar han sido adquiridos por las fuerzas armadas españoles.
Todo eso ha quedado dinamitado con la política de Pedro Sánchez, marcada en gran medida por sus necesidades de oxígeno interior ante las dificultades que lo rodean. Las relaciones con Israel no están rotas, pero pasan por un momento extremadamente delicado. Se han anulado programas de compra de material y tecnología militar israelí, cuyas consecuencias están por determinar en un futuro.
Los terroristas de Hamás, que están cerrando un acuerdo de paz con Israel para poner fin a la masacre de Gaza, han felicitado a Pedro Sánchez por su postura en un conflicto que ha costado la vida a sesenta y cinco mil palestinos y a una hambruna de proporciones bíblicas a las que ha sido sometida la población gazatí.
Ese acuerdo de paz que avanza, aunque ha de tomarse con gran cautela, ha sido promovido por Donald Trump, cuyas relaciones con Sánchez nunca han sido buenas y en algún momento pésimas. El estadounidense insinúa algo tan grave como la expulsión de España de la OTAN.
El avance de ese acuerdo de paz deja en agua de borrajas buena parte de los planteamientos de Sánchez que consideró adecuadas acciones que hicieron que la Vuelta Ciclista a España acabara de mala forma o España se retirarse de Eurovisión. También que ordenara que un barco de la armada española desempañara una cuestionable misión en relación al fiasco de la flotilla que, teóricamente, llevaba ayuda a los gazatíes.
A todo ello habría que Sánchez haya sido apartado, por su actitud respecto al gasto militar, de las decisiones de países en relación con la defensa de Europa. Estamos fuera de juego y el impulso de la paz para Gaza deja a Sánchez colgado de la brocha y sin poder acudir al conflicto como oxígeno para aliviar sus problemas internos. Hoy pintamos poco, mucho menos que en otro tiempo, porque hay decisiones, más populistas que de Estado, que nos llevan a ello.
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