8M Córdoba
Historias de mujeres que abrieron camino por la igualdad en Córdoba
ABC trae cuatro relatos de mujeres que han conquistado sectores laborales tradicionalmente 'masculinizados'
El Gobierno aprovecha la víspera del 8-M para aprobar una ley de paridad en política y empresa privada
D.Delgado / P.G. Baquero
Córdoba
Tesón, esfuerzo y mucha dedicación: el empeño ha llevado a muchas mujeres a romper esquemas y abrirse camino en sectores laborales tradicionalmente ocupados por varones. Ellas han demostrado que esas profesiones no tienen solo rostro de hombre.
Es el caso de las cuatro historias que ... ha recopilado ABC este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres: las experiencias de Soledad Serrano, CEO de Finca Duernas; Delfina Tapia, que fue la priemra agente de la Policía Local de España; María Dolores Jiménez, presidenta de la Asociación de Empresarios de la Construcción e Infraestructuras de Córdoba; y María Luisa Bonilla, una de las primeras abogadas en Córdoba en los años 80.
Soledad Serrano, CEO de Finca Duernas
«Necesitamos ayuda con la conciliación, no cuotas»
Con un currículum apabullante, Soledad Serrano constituye la cuarta generación de la empresa familiar Finca Duernas, dedicada a la producción y comercialización de aceite de oliva virgen extra que ha logrado convertirse en un ejemplo de excelencia empresarial.
Esta cordobesa tomó el testigo en la firma «por tener el perfil más adecuado de mis ocho hermanos para darle a Finca Duernas un golpe de timón hacia un modelo de negocio que mirara a la integración industrial y comercial», señala.
Como empresaria, «nunca» ha vivido una mala experiencia por el hecho de ser mujer. «Tan sólo una vez, terminado mi MBA, en la entrevista de trabajo para una multinacional, me preguntaron que cuántos hijos iba a tener, a lo que yo contesté que sería un tema exclusivo de mi marido y mío y que por supuesto no lo iba a comentar con él. Me hicieron una buena oferta de trabajo y accedí».
Serrano tampoco ha sentido que tuviera que demostrar más. «Lo único es que durante los años que fueron mis hijos pequeños, compaginar trabajo, viajes y el cuidado de ellos, me resultaba tremendamente cansado y quizá tuve que hacer un esfuerzo superior a cualquier trabajador que no se encontrara en mis circunstancias. Pero desde mi trabajo, entonces en la empresa Cosmewax, en Jerez de la Frontera, entendieron perfectamente mi situación y jamás encontré ningún problema para compatibilizar familia y trabajo».
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En este sentido, afirma que «ser empresaria es muy exigente y compatibilizarlo con la crianza de los niños es muy difícil. En vez de protegernos como hace este Gobierno como si fuéramos débiles o incapaces, a base de cuotas y de bajas absurdas, lo que tenían es que pensar realmente en lo que necesita una mujer, que no es más que ayuda con el tema de la conciliación. Yo no quiero renunciar a mi carrera profesional pero es que tampoco quiero renunciar a cuidar de mi familia. Sólo necesito ayuda y no cuotas». Al respecto, sobre la ley que ha anunciado Sánchez para garantizar la paridad en la empresa privada, considera que «es un insulto para la mujer; honradamente, me parece vomitivo».
Serrano afirma que ha renunciado a muchas cosas, «pero no por el hecho de ser mujer. Si trabajas con intensidad y quieres seguir haciendo carrera, tienes que continuar con tu formación y no te puedes permitir perder el tiempo. En esta vida nada es gratis y todo lo que merece la pena, cuesta sacrificio, tanto para el padre de familia, como para la madre».
Delfina Tapias, primera policía local de España
«Iba en el coche patrulla sin arma por ser mujer»
A Delfina Tapia le faltan años para hacer todo lo que tiene en mente hacer. «Tengo 75 años, entré con 21 a la Policía Municipal de Córdoba y me retiré en la sala 092. Siempre me ha gustado estar en todo, en la calle, en lo que pasaba en ese momento». Esta cordobesa, que nació en un cuartel de Villa del Río donde su padre era Guardia Civil, supo al ver a las Matronas de la Aduana de Puerto España en Barcelona con su uniforme que eso era lo que quería hacer. Pero no podía, porque no cumplía los requisitos de ser huérfana o viuda de Guardia Civil.
Dándole vueltas con su padre y su hermana vieron una policía japonesa en Barcelona. A partir de ahi comenzaron a buscar cómo podían llegar a lucir este uniforme. En Córdoba se convocaron las primeras oposiciones de España a Policía Local y ahí entraron ella y su hermana Loli. «Al principio era raro, tuve que servir de modelo en el Pleno -entonces todo eran hombres- y me habilitaron una habitación para que me cambiara y, de esta manera, poder lucir los uniformes que habían propuesto para Policía Local para que ellos decidieran cuál era el más adecuado», recuerda. «Pasé un poco de vergüenza, pero bueno, eligieron una bermuda pantalón y una falda estrecha. No faltaban ni los tacones ni el bolso», recuerda de esos tiempos.
El primer día que salió con su hermana a la calle a regular el tráfico fue el 25 de mayo de 1970, con motivo de la celebración d la Feria de Córdoba. «Éramos la atracción del Real;la gente no sabía si éramos policías o azafatas, aunque llevábamos bordado en plata en los puños 'Policía Municipal'», recuerda.
«Algunos directamente nos decían 'iros a vuestra casa a coser que le estáis quitando el puesto de trabajo a un hombre', pero nosotros nunca hicimos caso».
Dos después de empezar como policía local, Delfina se casó. Cuando quedó embarazada, su marido dio por hecho que dejaría su trabajo para dedicarse a la crianza del bebé. «Me quedé sorprendida de la pregunta, pero mi respuesta fue que no, que cogería una excedencia. No me había sacado unas oposiciones para quedarme en casa».
El camino no fue fácil, «pero lo logramos», recuerda Tapia. «Vino la prensa de toda España, salimos en portada, no había marcha atrás. Hasta el Loco de la Colina nos hizo un reportaje», relata.
El resto fue abrir camino; eso sí, hasta dos días después de que la banda del robo al Santander no mató a dos compañeras Policía Local «no nos dieron el arma reglamentaria. Estábamos en un coche patrulla como ellos, pero sin arma».
María Dolores Jiménez, presidenta de Construcor
«Cada vez hay más mujeres en el sector de la construcción»
Esta empresaria ha roto esquemas al ser durante muchos años la única mujer en un ámbito eminentemente masculino: el de la construcción. Al frente de Construcor (la primera fémina en el cargo), María Dolores Jiménez también fue la primera presidenta de una cámara de comercio en España y sobre todo, la comisión de mujer y empresa de las cámaras españolas y que fue un periodo de tremendo avance de presencia de la mujeres en el mundo de la empresa.
Jiménez recuerda sus inicios «como los de cualquier profesional, con mucho esfuerzo y mucha exigencia porque este sector así lo reuiere», explica.
No obstante, jamás ha pasado por alguna vivencia negativa en su trabajo:«Las malas experiencias que pueda recordar tienen que ver con la actividad en general, pero no con el hecho de que fuese mujer. Creo que, al contrario, tengo buenas experiencias con grandes profesionales de empresa a todos los niveles».
Jiménez declara que no se siente feminista «si serlo representa estar en 'contra de'. Como nunca me ha gustado el machismo, tampoco me gusta el feminismo que adopta sus formas. La igualdad entre hombres y mujeres es una necesidad humana y social y las mujeres que ocupamos lugares de presencia política, empresarial, profesional, cultural o social, somos ejemplo y nos reivindicamos por nuestro trabajo y capacidad, no por nuestra condición».
Jiménez considera que, tradicionalmente, el mundo de la construcción no ha contado con más féminas porque «se identifica a la mujer con otros sectores menos 'duros o rudos', pero la realidad no es esa. En el mundo del ladrillo cada día hay más empresarias y profesionales en los puestos de mayor decisión e incluso muchas cuentan con sus propias empresas».
En este sentido, según la presidenta de Construcor, la incorporación de la mujer a la construcción «crece. Menos que en otros sectores, pero crece, que es lo importante. Desde el punto de vista profesional, cada día hay más y mejores ingenieras y arquitectas, por ejemplo, como también más y mejores directoras generales de empresas».
A pesar de que, a lo largo de su carrera profesional, esta empresaria se ha sentido apoyada y arropada por los profesionales con los que trabaja, sí reconoce que «siempre hay renuncias, a tiempo para ti, para la familia, para los amigos, pero eso les pasa a quienes eligen este trabajo».
María Luisa Bonilla, una de las primeras abogadas en Córdoba en los 80
«He tenido que dar el pecho a mis hijos en el despacho»
María Luisa tuvo claro siempre que iba a ser abogada. Su padre lo era y no había opción b. Nadie la obligó, pero tampoco hubo discusión. Desde su ingreso en el Colegio de Abogados de Córdoba en 1981 el único atisbo de machismo sólo lo vio en su progenitor que «me lo puso difícil» y la mantuvo de pasante unos cuantos años al acabar la carrera, según cuenta esta letrada. Aún recuerda cómo su progenitor, después de que acabara la carrera, le dijo que lo más útil eran unas oposiciones, que el ejercicio libre del Derecho estaba muy complicado. Fue entonces cuando estudió Judicatura e incluso fue a uno de los exámenes, pero, finalmente, dejó colgado el temario.
Asegura que nunca se ha sentido discriminada por ser mujer. En lo único que se sí lo ha notado ha sido a la hora de conciliar la maternidad con su trabajo: como madre de familia numerosa -tres hijos-, asegura que lo ha conseguido «echando las higadillas». María Luisa recuerda esa época de crianza como intensa. «No te quepa la menor duda de que he dado el pecho en el despacho y he tenido horas a un niño dándole palmaditas en la espalda esperando que eche el flato»», cuenta Bonilla.
Cuando fueron creciendo, siguieron acompañándola en más de una ocasión. «Me los llevaba al archivo del despacho y allí hacían las tareas».
María Luisa reconoce que «los maridos de antes no eran como los de ahora; yo no tenía más remedio que llevarme a los tres niños al despacho y muchas tardes, cuando aún eran pequeños, dejaba de ir;tienes que priorizar y saber que hay épocas que son más productivas y otras menos, y delegar trabajo en otros compañeros; », cuenta esta letrada especialista en Derecho Social y Urbanístico.
Éstas son las manifestaciones en Córdoba el Día de la Mujer
B. L.Son tres y la principal arranca a las seis de la Glorieta de la Media Luna y acaba en la Corredera, donde se celebra un concierto
Ahora es distinto, asegura. «Mis hijos no han seguido mis pasos: dos son arquitectos como su padre, muy buenos arquitectos, y mi hija enfermera, rama sanitaria que también hay en la familia. Ellos no han querido saber nada del Derecho; yo, en otra época, hubiera sido médico, pero así se ha dado y hemos llevado una vida feliz», cuenta esta letrada a punto de cumplir 65 años.
En todos estos años de ejercicio no sólo no ha notado esa distinción en el trato por el hecho de ser mujer sino que señala que Derecho está liderado por mujeres. «Ya en la facultad éramos muchas las chicas; ahora vemos que la mayoría de las procuradoras son mujeres;y cada día son más juezas y más fiscales las que ocupan esos cargos en detrimento de los hombres», cuenta echando la vista atrás a una vida profesional y familiar plena.
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