Francisco Morales, Almendras Morales: «2022 ha sido el peor año que recuerdo para la empresa»

-¿Cuáles son los gastos que más se han incrementado en su caso?

-Sin duda, la electricidad, cuya subida ha sido un disparate hasta un 300 por ciento. También se han encarecido mucho el carburante y los transportes. Esta circunstancia está provocando que, en ciertos casos, se estén vendiendo las producciones por debajo del coste. Esperamos que en 2023 llueva más y se pueda revertir esta situación.

-¿Cuál ha sido la evolución del precio?

-Los precios se han mantenido estables este año, aunque con una leve tendencia a la baja. Sin embargo, los costes se han elevado un 100 por ciento y eso ha reducido la rentabilidad. Aun no se sabe qué podrá pasar este año. Todo dependerá de lo que ocurra en primavera cuando ya se sepa cuál va a ser la producción mundial de almendra.

-¿Han llevado a cabo alguna mejora de sus instalaciones en Zamoranos o tienen previsto realizarlas este año?

-Contamos con terreno de unas 16 hectáreas, de las que unas 4 está destinadas a edificios. Todos los años hacemos algún tipo de reforma o de adquisición de nueva maquinaria. Sin embargo, tal y como se presenta 2023, no tenemos previsto llevar a cabo ninguna intervención.

-¿Cuáles son los principales mercados de Almendras Morales?

-Nuestras producciones tienen como destino principal la exportación a empresas distribuidoras, sobre todo mercados europeos como Alemania o Francia. En los dos últimos años no hemos podido vender en China debido a la crisis sanitaria, aunque en 2023 parece que sí podremos hacerlo. En el Norte de Marruecos realizábamos tradicionalmente muchas operaciones, pero esto ya no es así. A corto plazo no tenemos previsto introducirnos en ningún nuevo mercado.

-El grupo se ha caracterizado en los últimos años por la diversificación. Hace una década se introdujeron en el sector vitivinícola con la marca Viñedos de Pozanco en Extremadura. ¿En qué momento se encuentra este negocio?

-Estamos satisfechos con la marcha de la bodega. Se está vendiendo mucho vino en la zona de Extremadura, de los que en torno a un 15 por ciento es embotellado. Allí contamos con unas 180 hectáreas de viñedo. Por ahora no vamos a abrir ninguna nueva línea de negocio, sino que queremos consolidar todo lo que tenemos en marcha. La situación es de mucha inestabilidad debido a la guerra en Ucrania y sus consecuencias sobre la economía.

-Hace algunos años comentó su intención de ir dejando la dirección de la empresa debido a su edad. ¿En qué momento se encuentra ese proceso?

-Cada vez dejo más tareas y responsabilidades en favor de mis hijas María del Rosario, Francisca y María José. El año que viene probablemente me jubile, aunque no del todo porque siempre estaré pendiente de la empresa. Tengo 74 años, pero la mente tiene 30.