La fachada de la iglesia de Santa Marina de Córdoba se limpiará de añadidos para recobrar su impronta original

Los trabajos tienen un presupuesto superior a los 170.000 euros, aunque cuentan con la ayuda de Vimcorsa, la empresa de vivienda del Ayuntamiento de Córdoba, que, dentro de su plan para rehabilitación en el Casco Histórico, aporta 12.400 euros para estos trabajos, que se prolongarán hasta poco antes de la próxima Semana Santa.

Como explicó este miércoles el director técnico de Patrimonio de la diócesis de Córdoba y arquitecto de la obra, Miguel García, los trabajos han comenzado por «una lectura histórica del conjunto arquitectónico», en la que se distinguió entre los elementos que forman parte de la fachada original y de los que no.

Entre estos últimos están los morteros de cemento, como el que recubre uno de los contrafuertes, el situado a la izquierda del espectador, junto a la portada ojival, y que se retirarán por no ser originales para reintegrar su construcción primitiva.

Los trabajos supondrán además la limpieza del conjunto y la reintegración de las piezas originales para que Santa Marina recobre y mejore su estampa, una de las más personales de todas las iglesias de Córdoba por su arquitectura.

Para ello, aseguró, se utilizarán piedra caliza, como la que se usó para la construcción, y morteros, y se aplicará un tratamiento anti-moho para proteger la piedra del ataque de estos elementos vivos que la dañan. En el futuro también se actuará en las otras dos fachadas, cuando haya disponibilidad económica.

El párroco de Santa Marina, Manuel Montilla, agradeció a sus feligreses la «colaboración para la restauración y embellecimiento del templo», ya que, como recordó, también se hicieron trabajos en el ábside, libre desde hace unos años después de unas obras del Ayuntamiento.

El presidente de Vimcorsa, Miguel Ángel Torrico, destacó que para el Ayuntamiento su aportación ayuda a «poner en valor un monumento en uno de los barrios más arraigados de Córdoba, siempre con la iglesia como lugar central». «Es una ayuda pequeña, pero esperemos que sea constante en el tiempo», dijo Torrico para dejar la puerta abierta a ayudar también en las dos fachadas laterales.

Los trabajos tendrán que borrar las señales del paso del tiempo, de la humedad y del tráfico rodado, que continúa pasando por la plaza de Santa Marina. Como había explicado el arquitecto, se quitarán elementos vegetales que han crecido entre la piedra de manera espontánea.

El proyecto que aprobó en su momento, como es preceptivo, la Comisión de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, también suponía la eliminación de grietas que, sin ser alarmantes habían aparecido en la fachada y que desaparecerán cuando termine esta obra en los comienzos de la primavera de 2024.