Eduardo Nicolás Dueñas, responsable del Infoca: «Córdoba es uno de los municipios de España con más incendios; mucha población y poco espacio»

-El plan Infoca de la presente campaña cuenta, con 464 efectivos, una decena de medios terrestres, cinco aéreos... ¿Hay recursos suficientes para afrontar el verano?

-En mi opinión, sí son suficientes. El Plan Infoca es regional, y los medios de toda la Junta están disponibles para cualquier punto donde haya un incendio forestal. Es una cuestión compleja, porque... ¿qué es suficiente? Los incendios en los últimos años tienen mayor intensidad y pueden superar la capacidad de extinción. No hay una correlación directa entre número de medios y facilidad para apagar un fuego. Cuando está fuera de capacidad, acumular medios no garantiza mayor eficacia.

Dicho esto, creo que Andalucía cuenta con uno de los dispositivos más robustos de toda España e incluso de Europa. Tiene medios suficientes para actuar, con gran capacidad de movilización. El año pasado, por ejemplo, en Cerro Muriano, el despliegue fue realmente importante.

-El año pasado hubo 78 siniestros forestales en la provincia, ¿cómo se presenta la campaña de 2025?

-No se pueden hacer previsiones. El balance se hace al final, porque los elementos que provocan un incendio son aleatorios. Este año ha habido una primavera muy lluviosa. Eso implica mucho pasto, vegetación herbácea que, al secarse, puede convertirse en un iniciador. Es una vegetación que genera poca energía, pero es muy inflamable.

Por otro lado, la vegetación leñosa, más pesada y con más carga energética, retiene la humedad más tiempo, pero llegará un momento en que también estará disponible para arder. Es el riesgo habitual en estas latitudes.

La meteorología es clave. En Córdoba suele ser adversa, y la única variable que marca la diferencia es el viento, auténtico motor de propagación.

-¿Qué zonas son las más 'calientes'?

-Tenemos varias problemáticas. Una es la Sierra de Córdoba, con un potencial elevado de incendios debido a la acumulación de vegetación y a la presencia de numerosas parcelaciones. En verano, muchísimas personas se trasladan allí huyendo del calor de la ciudad. Cualquier incendio que no se pueda atajar en una primera intervención tiene un gran potencial de afectar tanto a personas como a bienes.

En junio, además, es muy importante la recolección del cereal. Las cosechadoras son maquinaria con partes cortantes, capaces de prender fuego y de que este se propague rápidamente, especialmente cuando las zonas agrícolas están próximas a las forestales, algo muy común en el norte de la provincia.

Hacemos un llamamiento a los agricultores para que extremen las precauciones: comenzar la siega en contra del viento, tener vigilancia detrás de la máquina, disponer de agua y rodear el área con gradas. En Córdoba, esto tiene una incidencia muy alta en esta época.

-Ya se están alcanzando temperaturas muy altas y el campo está muy seco... ¿Cambia el modelo de actuación del Infoca en función de la meteorología?

-No, el Infoca está al 100% desde el 1 de junio. Aunque analizamos previsiones, este dispositivo no necesita una alerta específica para estar operativo. Sí es cierto que cuando hay tormentas hacemos un seguimiento más detallado, incluso con vuelos de reconocimiento. Pero lo fundamental es que Infoca está plenamente disponible las 24 horas del día.

-Las causas que provocan los incendios se mantienen estables en el tiempo, con la acción humana como protagonista. ¿Crece la concienciación?

-Es un mantra: si la causa no es humana, hablamos de incendios naturales, como los provocados por rayos o, en menor medida, volcanes. En esta zona no es frecuente tener tormentas muy activas, aunque sí ocurre en lugares como Cazorla o Cuenca. Por eso, cuando hay tormentas, desplegamos recursos específicos.

Creo que sí hay más concienciación. Se nota una evolución en la preocupación de la sociedad. Aun así, siempre hay algún despistado que sobrevalora sus capacidades o infravalora el peligro. Siempre hay elementos que distorsionan.

-¿Y qué incidencias tienen los incendios provocados?

-Hay fuegos sin causa identificada, y ahí entran los intencionados. Pero la sensación es que no son demasiados. A veces están relacionados con rencillas, venganzas o conflictos personales.

También se ha comentado que algunos incendios buscan desviar la vigilancia para cometer actos delictivos en otros puntos, aunque no tenemos constancia de que eso ocurra aquí.

Noticia Relacionada

Las obras del nuevo aeródromo del Infoca en Villaviciosa de Córdoba, a punto de arrancar

Pilar García-Baquero

Formalizado el contrato con Hormigones Asfálticos Andaluces SA que tiene un coste de 5,53 millones y un plazo de ejecución de 16 meses

Dentro de los provocados hay quienes quieren hacer daño -una minoría- y quienes simplemente buscan llamar la atención. Hay que tenerlos en el radar. Esa es una tarea que corresponde a las fuerzas de seguridad. El Código Penal es bastante duro, y cada vez es más fácil identificar y localizar a los causantes.

-Hablaba de la particularidad de Códoba capital por la existencia de parcelaciones en la Sierra. Pero también está el campo de tiro militar, donde la actuación del Infoca está muy limitada...

-En el campo de tiro la situación ha mejorado mucho. Se han tomado medidas preventivas y los incendios han disminuido. La dificultad es conocida: no podemos actuar dentro por el riesgo de explosiones. Los incendios que se dejan evolucionar libremente, cuando salen, ya tienen una fuerza muy difícil de controlar.

Quiero destacar que el Ejército es muy consciente de esta situación. Hay mucha vigilancia, prevención, y canales de contacto diario con nosotros.

-¿Cómo analiza la evolución estadística de los incendios? Cada vez hay menos, pero más destructores.

-La parte técnico-científica está muy estudiada. En los últimos 50 años, la sociedad ha cambiado radicalmente: lo rural, antes una economía pujante, ha sufrido abandono. Muchas zonas de cultivo, como olivares, se han dejado sin uso, y la naturaleza ha retomado su espacio. Donde antes había una zona incombustible, ahora hay vegetación lista para arder.

En paralelo, el cambio climático agrava la situación. Hay menos incendios, pero los que ocurren son mucho más grandes. Muy pocos incendios concentran la inmensa mayoría de la superficie afectada. En determinadas circunstancias, alcanzan fases de alta energía muy destructoras, y consumen muchísimo terreno en poco tiempo.

En este sentido, en cualquier parte del mundo, un incendio de quinta o sexta generación, con combustiones intensas y una energía radiante inmensa, en determinadas fases de su evolución, no puede controlarse solo acumulando medios. Hay que tener los recursos disponibles para aprovechar la mínima oportunidad de intervención. En esos momentos de máxima expansión, con potencias de entre 300 y 500 kW por metro lineal -y hablamos de incendios normales-, ya es difícil. En incendios de quinta generación hablamos de miles de kW por metro lineal. Contra eso, ni acumulando medios ni con todo el ejército americano tirando agua se garantiza el control.

-¿Cómo evoluciona el desarrollo de planes de autoprotección en urbanizaciones e instalaciones en zonas forestales?

-Hay una gran conciencia social. Contamos con el apoyo de asociaciones como Siete Fincas. Estas son zonas de altísimo riesgo cuando impacta un incendio. Cada vez se limpian más las áreas alrededor de viviendas, se aplican medidas de autoprotección, pero hay que insistir.

La Sierra está muy próxima a una gran población. Córdoba es uno de los municipios de España con más incendios. Mucha población en poco espacio. Por eso, es fundamental actuar con prudencia: no tirar colillas, tener cuidado con el uso de radiales… Quien lo hace no cree que vaya a pasar nada, pero puede provocar una tragedia.