El crédito de familias y empresas encadena en Córdoba un año a la baja: el dinero que deben a la banca cae un 3,7%

Éste es el cuarto trimestre seguido en el que se produce una disminución interanual. Eso sí, esta última ha sido la más acusada. Porque en septiembre, cuando se rompió la tendencia ascendente, se dio una bajada del 0,4%. En el siguiente trimestre, el retroceso fue muchísimo menor: -0,1%. En marzo de 2023, la reducción cogió fuerza (-2,5%) y en junio fue a más.

Estas disminuciones obedecen a que lo que las entidades financieras otorgan es menos que lo que los negocios y las familias amortizan -el alza de tipos también ha animado a quienes pueden a reducir o liquidar lo que deben-. Y es que el aumento del precio del dinero ha modificado el escenario por completo. Los particulares y las empresas se lo piensan más antes de ir a endeudarse. Y la banca, por su parte, ha endurecido también la concesión de créditos.

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Y no es el aumento de los tipos lo único que puede disuadir de pedir préstamos. Hay que tener en cuenta el clima de desaceleración de la actividad que se vive, si bien es menor de lo que se había previsto inicialmente.

De acuerdo al último informe de Analistas Económicos (servicio de estudios de Unicaja) que se publicó en noviembre, la provincia cerrará este 2023 con una subida del PIB del 1%. El frenazo se deja sentir cuando se recuerda que se venía de un 2022 con un aumento del 3%, que ya supuso un descenso en comparación con 2021, ejercicio de intensa mejoría tras el brutal impacto de la recesión del Covid en 2020.

Además, según este servicio de estudios, el nuestro será el tercer territorio andaluz con menor crecimiento de su economía en este ejercicio -en todos, habrá avances-. Y la subida del PIB en nuestra provincia se situaría un punto por debajo de la regional.

Si se va al parámetro de los depósitos, hay alguna señal que podría indicar que el ahorro se estaría resintiendo en este contexto de desaceleración y prolongada presión inflacionista. A fecha de junio, el dinero total que particulares y compañías guardaban en bancos, cajas de ahorro y cajas rurales ascendía en la provincia a 15.875 millones. Seguía creciendo, pues eran 729 más que un año antes (+4,8%). Pero hay que rascar bajo la media, porque hay un elemento destacable.

Lo que atesora el sector privado a la vista -o sea, disponible de inmediato- sumó su segundo trimestre seguido de merma interanual. En marzo, quebró su línea ascendente. La bajada fue del 0,6% y en junio se fue al 4,2%. Porque se pasó de 14.275 millones a 13.680 (-595).

Puede haber distintos motivos tras estas reducciones. Uno es que ante un prolongado escenario de ralentización de la economía y de subida de los precios, familias y empresas estén teniendo que tirar de su colchón monetario. Habrá, además, una parte de esos fondos a la vista, que ante la baja rentabilidad que da la banca por ese tipo de depósito, hayan acabado, buscando sacar más rendimiento al dinero con la subida de tipos, en las fórmulas a plazo o en otros mecanismos, como las Letras del Tesoro. No en vano, los ahorros a plazo fijo acumulan dos trimestres consecutivos al alza. A fecha de junio, el incremento fue del 60%, para alcanzarse los 1.391 millones.

Y otras fórmulas de depósito protagonizaron un astronómico aumento. De acuerdo al último dato disponible, sumaron 805 millones. Doce meses antes, sólo se contabilizaba uno.