El comedor de Prolibertas de Córdoba, a punto de alcanzar los niveles de atención de la pandemia

«Estamos en un momento complicado«, ha indicado García, que no acierta a precisar las causas de este aumento de la demanda de protección social. Puede que influya la inflación, la crisis económica u otros factores, que Prolibertas no puede analizar «porque no somos sociólogos», ha dicho el director. Son una entidad social, y como tal lo que sí ha detectado es un aumento de personas que han perdido su empleo y que tienen pocos recursos económicos, como pensiones no contributivas.

En lo que va de año, con cifras hasta el 31 de octubre, el comedor social de Prolibertas que se ubica en la Ronda del Marrubial ha dado 26.408 comidas, cuando en 2021 fueron en todo el año 32.875. De seguir a este ritmo, y es previsible que así sea cuando está a punto de llegar el invierno, este año se podrían superar las cifras del año pasado. También en cuanto a personas atendidas, que ya han sido 952 en diez meses por las 979 del año 2021 al completo.

García ha apuntado otras condiciones que padecen las personas sin hogar en la actualidad. «Ha aumentado la regularidad en el comedor y son muchos más días los que están con nosotros, también por el uso de las duchas y el ropero«, asegura. Además, también hay más inmigrantes que otros años, principalmente procedentes de América Latina y solicitantes de asilo político.

Además del comedor social, un recurso que usan principalmente personas que viven en la calle (por eso es prioritario buscarles un sitio para alojarse), Prolibertas también tiene un programa de atención a las familias necesitadas por el que se les entregan semanalmente productos básicos para subsistir.

En esos paquetes de ayuda se incluyen alimentos suficientes como para que todos los miembros de la unidad familiar puedan hacer cuatro comidas al día. Y no hay sólo productos básicos como legumbres, pasta o leche; tambien se añaden productos frescos como la carne, el pescado, las frutas o las verduras. La idea es que a pesar de estar en una situación de escasez puedan disponer de una «dieta saludable y equilibrada» en la medida de lo posible. Se entregan además productos de higiene, limpieza, ropa o calzado, y si fuera necesario también la ropa y otros accesorios para bebés.

En este segundo programa de Prolibertas han participado en lo que llevamos de 2022 un total de 129 familias con 454 personas, de las que 251 eran menores. Se han realizado 640 entregas de la ayuda más básica. En general, como ocurre con el comedor social, Prolibertas ha detectado que este año las familias permanecen más tiempo acogidas a esta ayuda básica; «algunas incluso están seis meses», ha apuntado García.

Todo este programa de atención social no sería posible sin las aportaciones económicas, que llegan fundamentalmente gracias al Ayuntamiento, pero tambien de empresas y entidades, así como de aportaciones individuales. Con todo, el mayor esfuerzo lo realizan los 70 voluntarios activos (lo que significa que trabajan desinteresadamente al menos un día por semana).