Calor en Córdoba: La Inspección de Trabajo refuerza el control contra los accidentes laborales

Una prueba es que la Junta de Andalucía acogió ayer la celebración de la Comisión Provincial de Prevención de Riesgos Laborales, en la que participan la patronal y los sindicatos, y donde entre otras cuestiones se abordaron las altas temperaturas y el estrés térmico.

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En ella, la Consejería de Empleo insistió en la necesidad de seguir las pautas para evitar accidentes laborales derivados de las altas temperaturas, mientras que la Inspección de Trabajo expuso que intensificará la vigilancia a este aspecto y el cumplimiento de los convenios. De acuerdo a los datos oficiales, en 2021 se produjeron tres accidentes laborales derivados del calor en Córdoba, en 2022 se contabilizaron cuatro, mientras que en 2023 aún no hay ninguno por ahora.

En este sentido hay que recordar que Empleo presentó el 15 de junio la Campaña para Prevenir Riesgos Laborales frente al Calor en una jornada formativa y de sensibilización sobre el 'Estrés Térmico por Altas Temperaturas'. A esta campaña se suman acciones en las que se incide en la importancia de realizar una evaluación de riesgos que tenga en cuenta las condiciones personales de cada trabajador expuesto, y en la necesidad de proceder a una organización adecuada de las tareas para reducir en la medida de lo posible la exposición al calor.

De acuerdo a la información facilitada ayer por la Administración autonómica, en el seno de la Comisión Provincial de Prevención de Riesgos Laborales, también se acordó realizar acciones de este tipo para sensibilizar a las empresas y trabajadores porque, «aunque la actual normativa laboral ya obliga a los empresarios a garantizar la salud y seguridad de sus empleados, incluida la protección ante el calor extremo, este tipo de actuaciones son siempre necesarias para concienciar sobre los riesgos que conlleva los trabajos a la intemperie en verano».

Algunas de las recomendaciones ante el trabajo con altas temperaturas son aumentar las pausas y descansos; garantizar que la jornada se realice en lugares frescos y a la sombra; proveer de agua fresca a las plantillas para una hidratación frecuente; adaptar los uniformes y ropas de trabajo para que sean transpirables; proporcionar gorras o sombreros a los empleados; y habilitar los propios lugares de trabajo con toldos y sombrillas.

El riesgo de estrés térmico se concentra sobre todo en sectores donde los empleados realizan trabajos al aire libre, como la construcción y obra pública, la agricultura y ganadería, jardinería o mantenimiento urbano, entre otros.

Una de las medidas previstas en los convenios colectivos para evitar en lo posible los accidentes laborales derivados de las altas temperaturas es la jornada continua —o concentrada durante la mañana—. En el sector de la construcción (con 15.000 trabajadores en la provincia), la fecha para su implantación es desde el 26 de junio al 7 de septiembre inclusive, al tiempo que en el campo (con 70.000 obreros) está activa desde el 1 de junio y se prologará hasta el 31 de agosto.

En el metal (7.000 profesionales) no existe una obligatoriedad para implantar una jornada seguida, pero su convenio tiene una recomendación en este sentido, que va del 15 de junio al 16 de septiembre. Lo que sí es obligatorio en el convenio de este sector es que la realización de trabajos a la intemperie quede prohibida a partir de las 15.00 horas. En la madera se está negociando en su convenio la inclusión de aplicación de la concentración horaria, pero aún por determinar.

A esta serie de prevenciones en los convenios colectivos se suma este año la que recoge el Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, que obliga a las empresas con trabajadores en el exterior a suspender su actividad sin las condiciones climatológicas son extremas. En este sentido, el secretario de Salud Laboral de CC.OO. en Córdoba, Aurelio Martín, señaló ayer a ABC que la paralización de la faena se puede activar cuando haya alerta meteorológica naranja o roja por el calor —cosa que en estos momentos no ocurre en la provincia— y «siempre que exista un informe previo de evaluación de riesgos en cada puesto de trabajo». En este sentido, el sindicato está lanzando una campaña de información sobre esta novedad normativa entre los en torno a 92.000 empleados de la construcción, el campo y el metal en la provincia en la que les anima a denunciar si la empresa les priva de este derecho a no trabajar si las condiciones climatológicas lo desaconsejan.

Otro frente además del laboral es el educativo. A días de que acabe el curso en todos los niveles académicos, los directores de los centros tienen autorización de la Junta de Andalucía para tomar medidas excepcionales que mermen el daño que el calor pueda hacer en su comunidad: disponen de un protocolo editado por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional que los faculta para, por ejemplo, flexibilizar el horario y permitirles a los alumnos y los profesores que se vayan a casa antes del horario habitual. Para ello, la Junta exige una condición imprescindible: que la Agencia Estatal de Meteorología haya activado, como poco, la alerta naranja. No hay noticia, de otro lado, de la colocación de toldos en los colegios públicos que el Ayuntamiento de Córdoba anunció hace dos meses.

El Consistorio sí activó el 6 de junio el plan de emergencia contra la ola de calor, que se centra en la atención a las personas que están en la calle y en los mayores que viven solos. «Ponemos diez plazas a disposición [de los transeúntes] en la Casa de Acogida y para las horas de más calor, donde tienen comida, merienda, zona de descanso y derecho a las duchas», señala Eva Contador, la delegada de Servicios Sociales. La ocupación de esas plazas es por el momento del ochenta por ciento.

De su lado, la Junta de Andalucía puso en marcha el 16 de mayo el Plan Andaluz para la Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud 2023, que se prolongará hasta finales de septiembre. Las poblaciones dianas son las personas mayores de 65 años, los enfermos crónicos y las personas que toman un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor.