Por barrios, el número de vecinos ha descendido en 47 de los 78 existentes; el resto, 31, ha visto crecer el total de residentes, con zonas como Chinales o San Rafael de la Albaida a la cabeza.
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Los Morales: -3,78%
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San Basilio: -3,67%
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Santa Cruz: -3,40%
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Catedral: -3,24%
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Cerro Muriano: -2,94%
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Parque Fidiana: -2,15%
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Ribera: -1,75%
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Molinos Alta: -1,75%
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Santa Marina: -1,59%
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Cercadilla: -1,59%
El caso del Casco es significativo. Junto a la irrupción del coronavirus, que motivó un éxodo a zonas periféricas menos pobladas, además de decesos, se pueden argüir otros motivos para explicar la reducción demográfica que se mantiene en el tiempo. Por un lado, destaca el fenómeno de la 'mercantilización', por la proliferación de viviendas turísticas y negocios, sobre todo, en los espacios más cercanos al principal monumento de la capital, la Mezquita-Catedral.
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Chinales: 25,54%
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San Rafael de la Albaida: 18,94%
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Zumbacón: 12,28%
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Arruzafilla: 4,18%
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Los Arenales: 3,79%
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Trassierra: 3,39%
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Castillo de la Albaida: 2,93%
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Las Quemadas: 1,50%
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Campo de la Verdad: 1,42%
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Alameda del Obispo: 0,95%
Además, como sucede en otras ciudades, también está presente la denominada 'gentrificación': los inmuebles, o son muy antiguos y grandes, o de lujo, de ahí los precios.
Igualmente, las nuevas promociones inmobiliarias proliferan en las áreas de Poniente y Levante, concentrando a un mayor número de población en estas zonas ante las ventajas de los residenciales (mayores espacios y servicios, y mejores accesos a las vías de comunicación).
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