El acusado de apuñalar a un hostelero en Ciudad Jardín: «Yo tiré al bulto y no miré; sólo metí el cuchillo hacia arriba»

A preguntas del fiscal, el acuasado ha respondido que no sabe «qué le entró; poco antes me habían amenazado con matar a mis perras -se referían a mi perrita y a mi mujer-; subí a mi casa que está en frente por un cuchillo y bajé e hice lo que hice; yo no soy ningún delincuente«.

Entre sollozos, lo que provocó que el tribunal solicitaran de los agentes que les retiraran los grilletes para poder hacer uso de un pañuelo, este octogenario ha declarado que los hechos sucedieron en torno a las 13.50 horas, que se encontraba a las puertas de la Peña Los Negaos y que se situó junto a un guitarrista amigo suyo frente al local y el encargado le preguntó que qué hacía ahí, recordándole que no podía entrar.

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Pilar García-Baquero

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Según la víctima -encargado de la peña- el acusado quería entrar con el guitarrista a su local y él le dijo que no podía entrar desde que un día, hace años, lo echaron por mal comportamiento y tenía prohibido el acceso.

El acusado ha descrito ante el tribunal el momento en el que asestó la puñalada al encargado de la peña y ha señalado que tiró «al bulto; tiré para arriba y salí pidiendo socorro y auxilio a la puerta del Bar Niza».

Este octogenario acusado de un delito de asesinato intentado ha relatado que los que le agredían en ese momento tenían «una navaja chata escondida en su mano y que él que ya había recibidos golpes en un ojo, en el riñon y en las piernas estaba muy asustado».

En este mismo punto, el acusado ha respondido que este hecho «ha ocurrrido porque Dios ha querido; me veía mal herido, yo no quería matar a nadie; tiré parriba como pude; correr no puedo; no tenía intención de matar a nadie en mi vida; con los años que tengo me muero en la cárcel».

En cuanto a las heridas que presuntamente le asestó al padre del encargado el acusado ha negado que fuera el autor de esos cortes en el brazo y en el pecho.

Por su parte, la víctima ha declarado ante el tribunal que primero tuvieron esas palabras en las que él negó la entrada a este vecino que vivía frente y que unos 15 ó 20 minutos después, cuando se estaba fumando un cigarro fuera de espaldas a la vivienda del acusado, «me encuentro un puñalón y las tripas fuera; yo no vi cómo venía, yo estaba apoyado en un coche en la puerta de la peña y de repente me noté una bolsa como una pelota de baloncesto, me tiré al suelo y grité me ha matado; me ha matado».

La víctima ha negado ante el tribunal de la Audiencia Provincial que tuvieran un enfrentamiento previo ni que agrediera al acusado antes de ser apuñalado.

Otro de los testigos que se econtraba en el interior de la peña cuando sucedieron los hechos ha declarado que cuando salió a la calle a fumar se encontró con el encargado de la peña con «las tripas fuera; entonces otro compañero intentó cogerlas y atenderlos pero el acusado volvió a acercse; en su huída le tiré una silla y un vaso para evitar que apuñalara a más personas«, ha admitido durante el juicio.

Este mismo testigo ha señalado que cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional y Local pese a identificarse no entregaba el arma, y tuvo que ser desarmado con un golpe con la defensa de un policía en la mano para que tirara el cuchillo.

Por su parte, la médico forense ha declarado como perito en la sala del tribunal para recordar que las heridas causadas a la víctima se hicieron con un cuchillo de cocina de 21 centímetros. «La víctima presentaba una herida abdominal abierta con salida de asas instestinales realizada con un cuchillo que primero penetra, -para lo que hay que ejercer cierta fuerza- y luego raja de izquierda a derecha hacia la zona umblical», ha declarado la forense.

El riesgo para su vida fue extremo, ha apuntado esta médico forense, quien ha señalado que a la víctima le tuvieron que administrar tres concentrados de hematíes y «hubo un doble mecanismo letal; por un lado el shock hemorrágico y por otro, el séptico». La forense no ha podido precisar si la herida se realizó de arriba a bajo o al revés pero sí del flanco derecho a la zona umblical.

La Fiscalía de Córdoba, que elevó a definitivas sus conclusiones, solicita para el acusado un total 14 años y dos meses de prisión por los delitos de asesinato intentado, lesiones con objeto peligroso, amenazas y delito contra la autoridad. El jucio ha quedado visto para sentencia.