Museos municipales que no entienden de puentes

Familias como la de Martín Jiménez llevan con la reserva de hotel en Córdoba desde agosto , y su plan era pasar la tarde en el Alcázar. Por la mañana ya habían estado por la Judería, la Casa Sefarad, la Sinagoga, el Zoco....y no podían entender cómo no podían visitar por la tarde el monumento ningún día del Puente del Pilar. Irán a la Casa de las Cabezas, de gestión privada, pero que abre todos los días del año en horario continuado desde las 10 de la mañana a las 20.00 horas. Ayer, esta casa del callejón musulmán del mismo nombre, fue uno de los focos de atracción turística ante la caída de parte de la oferta museística local.

Pero mucho peor fue para la familia de Dolores, una cordobesa afincada en Benidorm que había venido de visita para mostrar a su hijo su ciudad natal, y que se marchan mañana sin poder visitar el Alcázar porque llegaron a las 15.45 y les impidieron la entrada a los jardines porque «no les iba a dar tiempo a verlo todo», ya que las puertas se cerraban sí o sí a las 16.30 horas. «Volveremos a lo mejor cuando pasen otros 25 años», bromeaba el hijo de Dolores, por restar importancia a este corte de cara.

Igualmente, frente al Julio Romero de Torres, en la Posada del Potro , sólo se podían comprar souvenirs y atisbar desde el hall la estructura de esta vetusta Posada. Se agolpaban decenas de turistas tras una cinta que impedía el paso al interior de la posada, y ellos mismos se hacían sus propias cábalas «pues esto es un cortijo; mientras el otro le espetaba que era una vieja Posada», comentaban a falta de explicaciones de un guía turístico o la visita al Museo del Flamenco .

Otro de los puntos cerrados que más estupor ha causado era el Museo Taurino , inaugurado hace poco más de un año, con un inmenso cartel de la exposición de Lagartijo estaba cerrado al público a las 4.30 de la tarde del sábado, mientras mapa en mano, decenas de cordobeses habían logrado llegar hasta este enclave con sabor a Manolete.