Última estación: Ipurua

Por lo tanto, el Córdoba acude esta tarde a Ipurua, su última estación de su tercera (y penosa) etapa en la máxima categoría, con el papel de juez de la Liga o de «cortarrollos». Porque si puntúa mandará al equipo local a Segunda. Con él.

Aunque también se puede dar el caso de que sea un equipo dócil y manejable que no ha sabido competir. En tal caso, asistiría a la fiesta de los otros. Y eso se le ha hecho frecuente esta temporada.

Como ya se sabe desde ayer, el Córdoba se presenta sin sus estrellas (estrelladas) Ghilas, Bebé o Cartabia, si bien este último alegó una lesión en el tobillo, formando parte de una enfermería en la que también aparecen Krhin o Ekeng.

Todos ellos se libraron de la excursión de autobús con la que ayer se atravesaron la Península Ibérica. Por lo que en otros sitios (Almería, Granada o Coruña) podrían estar tan suspicaces como en Eibar estuvieron a principios de semana cuando hablaban de que el conjunto blanquiverde llegaría «motivado» a la cita.

Por cierto, que para el partido, donde el equipo podría parecerse mucho al del pasado domingo ante el Rayo habrá que ver cómo se maneja Romero con los siete jugadores con ficha del filial, puesto que sólo puede tener a cuatro sobre el campo.

Por su parte, el Eibar jugará con el apoyo de todo un pueblo, que tratará de llevarle a por tres puntos que le acerquen al milagro de estar otro año en Primera. Su ausencia más destacada es la de Manu del Moral, mientras que el regreso de Dani García puede relegar al banquillo al montoreño Javi Lara.

Eso sí, depende que el Barcelona y el Granada ejerzan de grandes y no se dejen llevar ante el Deportivo y el Atlético. Así, el Eibar dará una lección de humildad. Otra más. Algo que no le hubiera venido mal a un Córdoba que, al menos, cerrará su calvario (y el de los suyos).