EL DEDO EN EL OJO

Seamos lo que somos

MARIO FLORES

Los mecanismos de sobreadaptación a un fenómeno como lo «halal» acaban generando disfunciones

Ya lo tengo. Me refiero al último libro de Michel Houellebecq, «Sumisión», un relato futurista que gira en torno a una Francia gobernada por un nuevo partido, la Fraternidad Musulmana, tras alzarse ... con el triunfo en las generales de 2022. El ensayista francés, tan crítico como necesario, tan políticamente incorrecto como valiente, reflexiona sobre lo que el filósofo francés Renaud Camus ha dado en llamar «La Gran Sustitución». Ambos pensadores hace tiempo que fueron proscritos por la sociedad multicultural bienpensante del país galo y tachados de islamófobos por la sencilla razón de poner sobre la mesa una cuestión preocupante: los pilares de la civilización y cultura occidentales están siendo zarandeados sin que nadie haga nada por remediar tan catastrófico desafuero. Y entre quienes zamarrean nuestros cimientos también encontramos a los propios europeos que, en alocada desventura, se esfuerzan en el derribo de lo que somos.

Contrasta la posición crítica de Houellebecq y Camus con aquella otra que venimos sosteniendo en Córdoba a fuer de abrazar con arrobo aquello del «mundo halal». Recordemos que esta semana nuestra ciudad ha vuelto a erigirse en faro para el mundo musulmán en virtud de la «IV Reunión Europea de Normalización Halal», un encuentro, imagino, orientado a dictar los preceptos que deben regir los procedimientos para que la producción de alimentos y otros menesteres sean considerados puros por el Islam. Con independencia de los réditos económicos que eso pudiera reportarnos (otras cosa es a qué precio), aquí parece que pocos se enteran de que los mecanismos de sobreadaptación a un fenómeno termina produciendo disfunciones: no se sabe bien en qué modo la cultura halal, tan rigorista, restrictiva y castrante, va a conseguir que los oriundos nos acerquemos a la religión musulmana cuando lo que nos gusta, desde siglos ha, es degustar un buen vino con un plato de jamón al lado.

También en Francia (París) se ha celebrado el pasado fin de semana el encuentro «El universo estético de los europeos», donde se congregaron cerca de 900 personas para reflexionar y reivindicar los valores éticos y estéticos de nuestra cultura que, ay, se nos empiezan a olvidar. Intervino entre otros el líder de Nueva Derecha, Alain de Benoist, que reivindicó con otros el valor de la belleza en nuestra cultura (interesante fenómeno —con matices— el de la «Nouvelle Droite»).

Iniciamos el mes de mayo (con los sindicatos recordándonos que vivimos en el infierno) y en Córdoba rebosamos belleza por doquier: los patios, las cruces, la Feria... Y en Lucena, este domingo, volverán a sonar las gloriosas notas del maestro Aramburu y las excelsas palabras de Pemán; honrarán un año más a la Virgen de Araceli en sus fiestas. Y comeremos jamón y beberemos vino como siempre hicimos. ¡Ay, la bella Europa…!

Seamos lo que somos

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