La irrupción de Podemos inquieta a IU y PSOE

Más allá de las similitudes,   la desconfianza se ha instalado entre partidos   que pugnan por el mismo espacio de voto. Donde, como vasos comunicantes, uno sube a costa del otro.  Podemos es la novedad y también la incógnita.   Durante esta semana, se están celebrando las asambleas de barrio, o círculos en la denominación del partido. La decisión es clave.

El partido que dio   el campanazo en las europeas   tiene que dilucidar si se presenta a las elecciones, si lo hace solo o en compañía de otros y cuál es la relación con Izquierda Unida, con quien comparte vecindario. Eso ocurre en un contexto.

Que el PP pierda la mayoría absoluta no es una posibilidad remota.   Se trata de un escenario altamente posible y la reforma legal de las municipales, rechazada por la izquierda, podría bloquear el paso solamente si se produce una alianza de la izquierda contra los populares.  

Antes, la noticia eran las relaciones entre IU y PSOE. Ahora, entre Podemos e IU, que eligió candidato a su coordinador Pedro García. Y la desconfianza es evidente. 

Lo que peor llevan en IU es, indefinición ideológica aparte —Podemos se califica como un movimiento que no es de izquierdas ni de derechas—, que vayan sobrados sin haber tenido recorrido político a pie de calle.   «Parece que lo van a ganar todo» , aseguran en la coalición. De hecho, nunca han llegado a producirse reuniones directas de cara a una integración porque no está en la agenda ni de unos ni de otros. En la federación de izquierdas han tomado un camino distinto: el apoyo sin matices a la Asamblea Ciudadana de Córdoba.

En IU se maneja directamente el escenario de un gobierno de coalición con el PSOE en el Palacio de la Merced descabalgando al PP. Lo cierto es que no hay convocatoria pública del candidato de IU donde no se le pregunte por Podemos o Ganemos.   «Todo está abierto»,   contestaba este martes. En la dirección de IU reconocen que la situación de indefinición no puede durar para toda la vida, que es preciso montar una campaña y un programa. En la dirección se asegura que noviembre es la fecha clave para dejar de esperar supuestas convergencias.

El puzle de la izquierda cordobesa no tiene visos de encaje ni con el auxilio del PSOE,   que suficiente tiene con el empeño de buscar un candidato que garantice unos resultados que, al menos, iguale la pobre marca de hace tres años y medio: cuatro concejales en el Ayuntamiento de Córdoba. El secretario provincial socialista, Juan Pablo Durán, ejerce de árbitro de   un probable proceso de elecciones primarias   que dilucidará el nombre del aspirante a la Alcaldía en la última semana de octubre como muy tarde.

En liza hay tres personas,   a expensas de que las candidaturas se haga oficiales. Se trata de la delegada del Gobierno, Isabel Ambrosio; la delegada de Igualdad y Salud, María Isabel Baena; y del director general de Universidades, Manuel Torralbo. Este último es el que tiene todas las papeletas. 

Cuestión aparte es si el PSOE cordobés estaría dispuesto a llegar a acuerdos con Podemos en el caso de que esta formación, de creciente implantación en la ciudad, obtenga los votos suficientes para estar presente en el Pleno municipal. Juan Pablo Durán no contempla posibilidad alguna de pactos.   «En principio no veo ningún margen para el acuerdo»,   señala el secretario provincial socialista. «Habrá que estudiar la situación llegado el momento, pero lo primero que hay que tener en cuenta es que la política municipal exige medidas concretas y por ahora de Podemos no conocemos muy pocas en relación a Córdoba», añadió Durán.