Andalucía llegará a los 50 grados de calor por el cambio climático

Según explica el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Andalucía, Juan de Dios del Pino, la comunidad cumple con todas las características de una ola de calor ahora mismo: se dan temperaturas por encima de los 40 grados; lo hace en tres días de una cadencia de cuatro; y afecta a una gran parte del territorio.

Añade este meteorólogo que la ola de calor tiene su origen en África. Un anticiclón entre Túnez y Argelia lanza lenguas de aire hirviendo sobre Andalucía. A eso se suma que los días aún son largos y el sol calienta más horas. Además, los rayos caen de forma casi vertical. Y, por último, la situación anticiclónica hace que el aire descienda y se caliente. Resultado: Mucho calor.

Explican los expertos que la configuración de este episodio de altísimas temperaturas afecta, sobre todo, a Andalucía oriental. Córdoba, Jaén y Almería se llevan la peor parte. Allí se espera que se alcancen máximas de casi 45 grados. Y, en momentos puntuales, quizás más. A eso se suma la calima, que va a ser especialmente intensa en el oriente.

En esta ocasión -y no suele ser así- Sevilla se escapa de la alerta roja que ha lanzado la Aemet. Porque el valle del Guadalquivir solía ser la zona más caliente de Andalucía. La (hasta ahora) sartén de la comunidad, Écija, se ha visto desplazada por Andújar o Montoro, indica Del Pino.

Tras varios veranos superando los 40 grados, la gran pregunta es: ¿superará Andalucía la barrera de los 50? Los meteorólogos aseguran que sí. El cambio climático aprieta y eso va a producir que los termómetros se mantengan al alza. Eso no quiere decir que sea este verano ni, mucho menos, esta semana, cuando se llegue a los 50 grados. «Se puede llegar pero no es inminente», resumen en la Aemet.

Contra esto, recomiendan los expertos, menos suelos duros y más verde. Los árboles dan sombra que protege y, por la noche, dejan que se vaya el calor del suelo. Un toldo también protege del sol pero, por la noche, mantiene el calor atrapado como un invernadero.

¿Y tendrá fin la sequía? Del Pino se muestra seguro: sí, acabará. En Andalucía volverá a llover, aunque no se sabe cuándo. Porque el clima andaluz es cíclico y, ahora mismo, está inmerso en la parte seca. Llegará una húmeda. Lo malo es que será más breve y con menos precipitaciones. Y, contra eso, solo cabe o reducir el consumo de agua o mejorar los procesos de depuración.

La desertización, advierten los científicos, es un peligro real. Pero, señalan desde la Aemet, Andalucía tiene barreras naturales. Es el caso de los olivares de Jaén o de las encinas de la Sierra Norte de Sevilla. Ambos núcleos verdes funcionan como muros contra el avance del desierto africano.

Desde el Gobierno andaluz son conscientes del problema del cambio climático y el calor. De hecho, señalan en la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, la Junta ha invertido más de 1.700 millones de euros en actuaciones contra el calentamiento global. Además, indica el consejero Ramón Fernández-Pacheco, se han tomado medidas que han llevado a la comunidad a reducir los gases de efecto invernadero en un 41 por ciento. Para Fernández-Pacheco, el Gobierno andaluz afronta el cambio climático, «una realidad aunque haya aún sectores negacionistas» desde «todas las políticas» que lleva a cabo.

Los científicos también trabajan contra el calor. Es el caso del neumólogo cordobés Luis Manuel Entrenas, quien advierte contra el uso desmesurado de los aires acondicionados. Para este médico, el pasar del calor extremo al frío gélido en algunos espacios es la causa de la mayoría de las patologías respiratorias en verano. Por eso, advierte, es mejor que no se baje de 24 grados aunque la ola de calor torre la ciudad fuera de casa.

Para proteger a la población del calor existe en Andalucía servicios como el de Teleasistencia que ha gestionado ya 46.000 llamadas de mayores, personas con discapacidad y dependientes por la ola de calor. También ayudan los farmacéuticos, que animan a «prestar atención a los medicamentos que se toman y que pueden inducir al incremento de la temperatura corporal».