El doble lenguaje del Algarrobico

Tanto los socialistas como los populares del municipio almeriense están a favor de que el hotel se termine y se abra, porque ven en ello una oportunidad para revitalizar económicamente la zona y crear empleo. Ayer mismo, fuentes del PSOE de Carboneras afirmaron que les cayó como un «jarro de agua fría» que la Junta de Andalucía decidiera registrar los terrenos del hotel, lo que le permitirá ejecutar el derecho de retracto y poder derribarlo.

Hay que recordar en este caso que quien autorizó la construcció del hotel fue el Ayuntamiento de Carboneras, cuando lo gobernaba el socialista Cristóbal Fernández. Cuando el escándalo por la construcción del hotel salió a la luz, el PSOE no tomó ninguna decisión contra su alcalde. Es más, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero indultó a Fernández y a su hermana de la condena de seis meses de inhabilitación para el ejercicio de cargo público impuesta por un delito cometido en las elecciones municipales de 1999, al haber presionado al conserje de un colegio de la localidad para que diera su voto a la candidatura del Partido Socialista.

En el PP la línea oficial pasa también por el derribo del hotel, pero el partido en Carboneras no se muestra muy a favor de ello. De nuevo, los efectos de la crisis y la posibilidad de crear empleo están detrás de esta contradicción. Pero no han sido los únicos. Hace un par de años el secretario general del PP de Almería, Javier Aureliano García, afirmó que al hotel de El Algarrobico «hay que buscarle las formas necesarias para que se convierta en un hotel legal y abrir las puertas» con lo que cree que sería una «aberración» demoler el establecimiento, en lugar de ponerlo en marcha para crear «más de 300 puestos de trabajo».